‘The Walking Dead’ no va de zombis. Los muertos vivientes están ahí, con sus pústulas y gruñidos, pero este cómic, ahora convertido en serie de televisión, tiene unos monstruos mucho más temibles: los seres humanos. Sí, claro que los no muertos acojonan, pero a quien temen los supervivientes es a los vivos. Robert Kirkman, creador del tebeo, se conocía de memoria las claves del género que hizo grande George A. Romero. Y vio que, en el cine, la historia siempre deja con un interrogante: ¿Cómo continúa la vida de los protagonistas una vez escapan al apocalipsis? En esta tesitura coloca a Rick, un policía que despierta de un coma y se encuentra con todo el ‘fregao’. Las reglas han cambiado: matas o te matan, y eso está bastante lejos de lo que entendemos por mundo civilizado. Cuando se trata de su supervivencia y la de su familia, para Rick no hay diferencia entre los zombis y unos vivos cada vez menos humanos.
‘The Walking Dead’ (‘Los Muertos Vivientes’, en su edición española editada por Planeta DeAgostini) es un cómic excepcional, y parece que la adaptación televisiva de Frank Darabont está a la altura. Así que cierren puertas y ventanas. Tomen asiento. Cojan aire. En más de un momento se quedarán sin aliento.
Texto escrito originalmente para Heraldo de Aragón (1-11-2010)