A Robert Johnson se le apareció el diablo en un cruce de caminos y, según cuenta la leyenda, de ese encuentro surgió el más mítico de los artistas del blues. Pero la historia de la música también la escriben los perdedores, y eso es lo que cuenta ‘El sueño de Meteor Slim’ (Ponent Mon), una novela gráfica de Frantz Duchazeau.
Meteor Slim es el nombre artístico de un pobre diablo que, armado con una guitarra, abandona hogar y mujer para cumplir su sueño: ser una estrella del blues en el delta del Mississippi de los años 30. En su camino no se cruza con el demonio, sino con el mismísimo Johnson, que le ilumina con la máxima «Déjalo salir, hermano». Pero Slim no está por la labor de aprehender filosofías vitales, y prefiere pensar que, dejándose un elegante bigote, llegará lejos en la industria musical.
Con su nueva imagen se recorrerá los tugurios del Mississippi, alternando la gloria efímera con la vida errante del vagabundo. Por el camino conocerá bellas mujeres, productores sin escrúpulos y dueños de garitos apestosos. Pero también se topará con algunas de las leyendas de la época, y en esos encuentros cantarán por el placer de cantar, por el placer de ser músicos de blues.
El francés Franz Duchazeau sostiene este interesante y sonoro relato con un dibujo de trazo grueso que no se detiene en los matices, pero que recrea a la perfección el blanco y negro de los años 30 del siglo XX.