Son amigos, dibujantes y residentes en Zaragoza. Diego Burdío y Carolina Albalá unen ahora su talento creativo bajo el nombre de Hermanos Rumanos. Así firman ‘Nadine y Daniel‘, un tebeo sobre la amistad o el amor, eso queda a elección del lector. Está autoeditado con mucho mimo: son 100 ejemplares limitados, de 24 páginas, cosidos uno por uno con máquina de coser, al módico precio de 3 euros. Este sábado, a las 19.30, presentan el cómic en El Armadillo Ilustrado (C/Las Armas).
¿Qué es Hermanos Rumanos y de dónde sale la idea de hacer este tebeo?
Diego Burdío: Creo que Hermanos Rumanos es un concepto que salió de Carol a raíz de una tiernísima ilustración que hizo de nosotros dos hace un tiempo, así que la que mejor contestará será ella. La idea de hacer el cómic fue, como casi siempre, por la necesidad de contar historias y personalmente a mí me apetecía contar una de uno de los géneros que más me gustan que es el slice of life. ¿Por qué con Carol? Pues porque me encanta como dibuja desde siempre y me apetecía hacer algo con ella desde hacía tiempo así que intenté «picarla» a que se lanzase conmigo a la piscina.
Carol Albalá: Hermanos Rumanos somos dos deboradores de tebeos y galletas. Nos conocimos hace mil años en la Escuela de Arte y nos hicimos amigos dibujando fanzines. No recuerdo como nació el mito, pero la gente de la escuela creía que Diego y yo eramos hermanos… Así que nos pasabamos el día haciendo bromas sobre ello.
Hace unos meses Diego vino con la idea de hacer un cómic juntos, y así empezo todo. Ocho años mas tarde los Hermanos Rumanos están de vuelta, con más barba y más ojeras que nunca.
¿’Nadine y Daniel’ va más de amor o de amistad? La línea es fina…
CA: Jejeje, la línea puede ser fina, no sé como lo verá Diego, pero para mi va más de amistad.
DB: Va de una etapa de las vidas de dos chicos que son muy buenos amigos desde que eran pequeños. Como siempre, está la tensión de si se gustan o no, si el chico quiere a la chica o viceversa, el tópico de toda la vida de no querer estropear la amistad… Son recursos que, aunque están muy usados, a mí me gustan. Soy simple, qué le vamos a hacer.
El tebeo está lleno de escenarios reconocibles. En cierta manera, ¿Zaragoza es también protagonista?
DB: Zaragoza es escenario y protagonista al mismo tiempo. Por mi parte porque es mi ciudad y le tengo mucho cariño y lo he querido reflejar retratando los lugares donde transcurre la historia con el mismo esmero que a los personajes de Nadine y Daniel; mostrando la personalidad de la ciudad, el sentimiento que me transmite a mí… Todo para que el lector se adentre más en la historia.
CA: Así es, queríamos hacerle un pequeño homenaje a nuestra ciudad, jejeje, es un cómic muy local.
¿Cuál ha sido el proceso de trabajo? Tengo entendido que ha sido un poco como un ‘cadáver exquisito’ entre dos…
CA: Lo que hicimos fue centrarnos en los protas para crear la historia. Cada uno definía a su personaje, pero sólo dejaba ver al otro hasta cierto punto, con lo que no teníamos claro lo que realmente sentían el uno por el otro, ni cual sería su reacción hacia algo. Así la historia se iba escribiendo como una partida de ajedez…
Aunque tampoco al 100%, creo que al final hemos influido bastante el uno en el personaje del otro.
DB: Comenzamos con la idea de hacer un slice of life de dos amigos, cada uno de ellos creado por cada autor. Mi personaje proponía el ir a un concierto y Carol respondía a la propuesta a través del suyo y así seguimos construyendo la historia. Imagina que a Carol le da por pasar del tema, pues no habría escena de concierto… A saber qué habría pasado.
Entonces cuando llegamos a lo que parecía el final, decidimos poner las cartas sobre la mesa porque de alguna manera tenía que acabar el cómic. Queríamos que fuese algo rápido e instantáneo pero al final se nos fue un poco de las manos y necesitamos más tiempo para desarrollar el cómic.
¿Habéis hecho converger vuestros estilos para darle mayor unidad al tebeo?
DB: No era la idea pero yo creo que sí que me he «contaminado» con el estilo de Carol, que es más redondito e infantil que el mío. Al principio se nota bastante la diferencia pero, conforme nos íbamos enseñando las páginas, era inevitable que algo se me pegara. Sobre
todo porque veía algunos recursos o una forma de dibujar las cosas, como la nariz de Daniel, por poner un ejemplo concreto, que se acabó incluyendo en mi manera de dibujar.
CA: Intentamos que los personajes sean reconocibles, para que el lector no se pierda en la historia. Pero nuestros estilos tienen cierto paralelismo de base, coincidimos bastante a la hora de leer tebeos y eso se acaba notando.
Los dos estáis trabajando en proyectos para Thermozero Cómics… ¿Nos podéis adelantar algo? (Sobre todo por mi interés como co-editor, ejem…)
CA: ¿El proyecto para Thermozero Cómics? No sé si debería, ¡¡¡eso es altísimo secreto!!! Jejeje, puedo adelantar que tiene un rollo un poco japonés… Nada que ver con ‘Nadine y Daniel’. Pero sí que comparte a la protagonista de ’28 minutos’, un proyecto que estoy preparando junto a Esther Albalá.
DB: En mi caso diré que mi historia trata de un héroe vagabundo que viaja coleccionando animales fantásticos y luchando contra orcos, trolls, esqueletos y todos esos bichos de la literatura fantástica, otro género que me encanta. Mi primer «arco argumental» termina en el siguiente número, aunque siempre he intentado que se pudiesen leer cada historieta por separado. Después de este número todavía no me he decidido si seguiré con el mismo personaje o cambiaré de registro.