Cuando se publicó el pasado año ‘Hokusai‘ (EDT), de Shôtarô Ishinomori, muchos descubrimos al denominado «rey del manga» y, tras leer la obra, pensamos «¿Por qué este buen hombre no tendrá nada más publicado en España?». Error. Ishinomori no estaba inédito por aquí. Había sido editado algunos años atrás por Planeta DeAgostini, primero solo como guionista, con ‘Kikaider Code 02‘ (2008), y un año después en un tomo bastante parecido en su filosofía a la biografía del gran pintor japonés, pero en este caso dedicado a otro gran mito de la cultura popular nipona, el espadachín Musashi Miyamoto.
‘Musashi‘ se publicó con la portada original de la edición integral japonesa. Era una ilustración muy diferente al estilo de Ishinomori, que «vendía» este manga como de «samuráis». Esto es tan poco aproximado como decir que ‘Hokusai’ es un cómic sobre «pintores». Este manga pasó sin pena ni gloria en su momento, pero tras leer ‘Hokusai’ y descubrir a Ishinomori, es un buen momento para rescatarlo, más cuando Planeta todavía lo tiene en catálogo por 11,95 euros.
Musashi Miyamoto (¿1584?- 1645) es «el más célebre samurai de todos los tiempos». Personaje histórico tremendamente popular en Japón, ha sido infinidad de veces protagonista de películas, videojuegos o mangas. Por citar solo tres de estos, aparece en ‘Vagabond‘, de Takehiko Inoue; ‘Yaiba‘, de Gosho Aoyama, o en ‘Dr. Slump‘, de Akira Toriyama. En ‘Musashi’, que Shotaro Ishinomori publicó en 1971, se opta por hacer una biografía al uso, tratando de ajustarse a los capítulos conocidos de la vida del guerrero y describiendo los hechos de forma lineal.
Esta es la historia del camino del guerrero, un sendero que Musashi emprendió con una pasión rayana a lo místico. En su discurrir, el samurái dejará de lado la comodidad del hogar y el calor del amor, y tan solo se dedicará a vagabundear por los caminos en busca de oponentes con los que mejorar su técnica y estrategia. Claro que hay combates y peleas de espadas -a pares, pues Miyamoto fue el creador del estilo de las dos espadas-, pero tras las escenas de lucha, Ishinomori se las apaña para poner en primer plano la obsesión de un hombre por conquistar la perfección en su arte. Todo este recorrido culmina en el mítico enfrentamiento de Musashi con Kojirô Sasaki, el otro gran espadachín de la época, capaz de atravesar con su espada tres golondrinas al vuelo.
Al igual que hizo con ‘Hokusai’, Ishinomori traza un relato que capta la esencia del personaje histórico. Sin embargo, frente a la obra sobre el pintor, ‘Musashi’ va por el camino fácil, una narración estrictamente cronológica y con muchos menos matices. Eso no quita para que el autor demuestre su gran capacidad como narrador, que queda patente cuando hace fluir las largas y sucesivas escenas de acción a la vez que logra avanzar en el estudio de la psicología del samurái.
Ishinomori dibujó ‘Musashi’ mucho antes de que, siguiendo la estela de Tezuka, se interesara por temas más adultos que le ofrecían más posibilidades como autor. ‘Musashi’ no está a la altura de la magnífica ‘Hokusai’. Eso no quita que sea un buen cómic con el que disfrutar de la maestría del «rey del manga». Sobre todo teniendo en cuenta que, por estos lares, solo están disponibles estas dos obras del dibujante de tebeos con más páginas publicadas en toda la historia.