Aún queda espacio para la maravilla. Thomas Wellmann (Alemania, 1981) lo demuestra en ‘Pimo & Rex‘, primer título de la colección ‘La mansión en llamas’ de la joven editorial DeHavilland. Acompañar en sus aventuras a los dos amigos protagonistas se convierte en toda una experiencia gracias al colorista y atrayente estilo del autor, que logra crear en pocas páginas un mundo lleno de personalidad y que cae en gracia desde la primera viñeta.
Pimo y Rex son dos amigos sin mayor ocupación, en apariencia, que salir a pescar y disfrutar de la vida. En una de sus escapadas a la campiña, se verán envueltos en la persecución de la musa Magret, a la que tratan de atrapar los esbirros de un mago nigromante. Como buenos ‘gentlemen’ acuden al rescate de la damisela, lo que les llevará a enfrentarse a un ejército de muertos vivientes. En su siguiente aventura, es Pimo quien se ve en apuros, ya que se olvidó de devolver a tiempo un libro a la biblioteca. El archibibliotecario es un tipo celoso de su trabajo y agresivo, lo que le obliga a huir en busca de socorro a la casa que comparten Rex y su novio Leo.
Esta es la sencilla premisa de las dos historietas que componen el primer volumen de ‘Pimo & Rex’, que en su conjunto suma apenas 40 páginas. Aunque el argumento es liviano, la sucesión de situaciones, en las que se mezcla aventura y humor, mantienen la atención del lector. Wellmann lo logra gracias a su capacidad para construir un atractivo universo, con un estilo gráfico claramente deudor de Lewis Trondheim, al que suma un punto de ‘kawaii‘ a la europea, un toque de encanto que también se traslada al guión.
En definitiva, ‘Pimo & Rex’ es un tebeo bonito (en el sentido más pleno de este adjetivo). Ayuda la pulcra edición de DeHavilland, que ha elegido un título perfecto como declaración de intenciones.