En ‘Ichi the Killer‘ (ECC Ediciones) hay tanta depravación, violencia y vicio que resulta fascinante. Hipnótico, casi. Este manga de Hideo Yamamoto no es apto para almas sensibles. El perfil del protagonista lo deja meridianamente claro: un asesino a sueldo que mata a patadas a sus víctimas, que completa la faena eyaculando sobre los cadáveres y que arrastra tantos traumas que hasta Freud hubiera dado el caso por perdido. El ambiente en el que se mueve el sujeto tampoco tampoco da lugar a equívocos: el barrio rojo de Kabukicho de Tokio, ‘reserva natural’ de la yakuza. ¿Hace falta algún dato más? Sí, que Takashi Miike, cuyos filmes no son precisamente para toda la familia, llevó con notable éxito esta historia al cine.
‘Ichi the Killer’ se serializó originalmente entre 1998 y 2001, y después fue recopilado en 10 tomos, que son los que ahora ha traído a España ECC (de momento han salido a la venta los tres primeros). Por situarlo al lector, este título comparte espíritu con el conocido ‘Old Boy‘, que se publicó por la misma época. Ambas transcurren en el mundo de la mafia japonesa, pero ‘Ichi’ es mucho más descarnada.
El asesino que da nombre a la historia es apenas una pieza dentro del caos que ha creado Jii, un sonriente viejo que mueve los hilos para provocar la guerra entre las bandas rivales de Kabukicho. El plan es tan simple como efectivo. Ichi mata al líder del clan de los Anjou, y estos emprenden una venganza indiscriminada a sangre y fuego. El encargado de ejecutarla es Kakihara, un depravado yonqui del dolor que, llevado por la desesperación de perder a su querido jefe, se salta las delicadas reglas de convivencia entre las organizaciones criminales. Todo hace boom.
Más allá de la trama, ‘Ichi the Killer’ se construye como una sucesión de personajes extremos, casi caricaturescos, que dan lugar a situaciones llenas de violencia retorcida, sexo insano y brutalidad a quemarropa. Los dos personajes principales son las caras de una misma moneda: Ichi se pone burro cuando machaca a alguien, mientras que a Kakihara lo que le excita es que le den unos buenos azotes. Están destinados a un encuentro apoteósico. El estilo de dibujo de Hideo Yamamoto, oscuro y exagerado cuando lo requiere, contribuye a darle mayor sordidez si cabe a la historia.
‘Ichi the Killer’ es un absorbente manga de línea ‘turbia’. Un cómic del que es imposible despegarse a pesar -o precisamente por- el salvajismo de alguna de sus escenas. ECC suma un excelente título adulto al interesante momento que vive la edición de manga en España.