José Domingo ha construido un artefacto mágico. Lleva por título ‘Pablo y Jane en la Dimensión de los Monstruos‘ (Astiberri), y su poder consiste en que, tengas 9 o 99 años, va a conseguir que te maravilles. La nueva obra del autor maño-galaico es un curioso y perfecto híbrido entre cómic y libro de juegos en el que vuelve a demostrar su genio como creador de mundos y narrador de historias. Un tebeo pensado para el público infantil pero que es capaz de deslumbrar a los que ya peinan canas.
El autor de los premiados ‘Aventuras de un oficinista japonés‘ y ‘Conspiraciones‘ pone esta vez su inconfundible estilo al servicio de una historia infantil repleta de peripecias. Los Pablo y Jane del título son un par de hermanos que, en una tarde de aburrimiento, deciden explorar el viejo caserón abandonado que hay en su barrio. La intervención de un pérfido gato y un sabio ratón hará que acaben viajando en la Máquina de Aire Fantástico hasta a la Dimensión de los Monstruos. Si quieren volver a su casa, deberán recuperar las piezas que la nave ha perdido en escenarios como Londres Letal, Transilvania Terrorífica o Hawái Horripilante.
En manos de José Domingo, lo que podría haber sido una versión más o menos renovada del soso ‘¿Dónde está Wally?’ se convierte en pura y maravillosa aventura. Las páginas de cómic que abren y cierran el libro son más que un mero marco para las ilustraciones ‘de buscar’, constituyen un todo con estas y crean un conjunto unitario. Lo mismo se puede decir de las ilustraciones a doble página; no son una aglomeración de detalles en los que perderse en pos de las piezas perdidas, cuentan algo, tienen relato. Mientras los ojos tratan de localizar las palancas o tuercas desaparecidas, descubren fantásticos mundos en los que apenas hay espacios en los que no esté pasando algo.
José Domingo es tan buen ilustrador como narrador, y ‘Pablo y Jane…’ permite una vez más disfrutar de su talento, que a cada obra se hace cada vez más depurado. Este tebeo es el regalo perfecto para un chaval, el libro que puede salvarlo de una (e incluso más de una) tarde aburrida o de un día en la cama con fiebre. Que nadie se despiste: que sea una obra infantil no quiere decir que sea menor. Estos Pablo y Jane serían incluso capaces resucitar el lado más lúdico e imaginativo de un Mr. Scrooge.