Bernal estuvo en Rusia el pasado mayo. Pero no acudió para dar un paseo por la Plaza Roja. Fue invitado al Festival de Tiras cómicas Internacional KomMissia, en Moscú. Junto con otros 8 autores internacionales, el dibujante maño participó en el proyecto ‘Respect’, consistente en impartir una serie de talleres y en la creación de un cómic sobre tolerancia y respecto a la inmigración. El álbum que surgirá de esta colaboración se distribuirá de forma gratuita entre los jóvenes rusos, y las obras que lo forman ya están disponibles en la web de ‘Respect’. Allí se encuentra ya visibles las páginas de Bernal, así como un vídeo con su participación.
El dibujante que fue y volvío del frío cuenta ahora su experiencia de primera mano.
Superada la sorpresa de que te llamarán para el festival de cómic de Moscú… ¿Qué tal fue la experiencia?
Impresionante. Me quedaría corto en adjetivos. Desde mi lucha personal con la comunicación, porque a pesar de estar en Moscú, allí hablaban todos en inglés y claro, uno iba con las nociones de la EGB… También fueron fabulosos los talleres de cómic ante un montón de jóvenes rusos, las charlas y conferencias con profesionales que allí nos impartieron, el turismo por toda una ciudad y una cultura espectacular llena de contrastes, los buenos compañeros y amigos que hice durante aquellos días, el trato de todo el mundo de la organización hacia los dibujantes, todo. La verdad es que ha sido un viaje que me ha marcado y que hace que ya esté deseando volver, ya que nos han vuelto a invitar para el año que viene.
Te llamaron para participar en un proyecto sobre inmigración. ¿Por qué pensaron que el cómic puede contribuir a erradicar los conflictos en torno a este tema?
El cómic y las historietas están entre las formas más antiguas de expresión, y por supuesto, son un modo especial y directo de comunicación para la juventud. La idea era, a través de las viñetas de nueve autores internacionales, mostrar que la inmigración no es un tema exclusivo de su país. En Rusia están comenzando a vivir brotes de xenofobia hacia el inmigrante y actos violentos entre grupos fascistas y antifascistas. Cada autor invitado ha realizado un cómic de 15 páginas que busca concienciar sobre la tolerancia, y se va a reunir todo en un libro de bolsillo que se regalará entre los jóvenes rusos. Si se logra que estos jóvenes, a través del cómic, puedan pensar en ello y meditarlo, ya es un gran paso. No hace falta decir que este proyecto me enganchó desde el primer momento.
Trabajaste unos días sobre el tema con autores de varios países… ¿Es más fácil entenderse con el lenguaje de las viñetas?
Pues imagina, igual que el chiste… Allí nos juntamos dos alemanes, dos turcos, dos ingleses, dos rusos y un maño de pura cepa que sólo hablábamos en inglés. Pero, al paso de los días, sí que se notaba que para los intercambios de ideas se buscaba la coincidencia de estilo con el que se manejaba cada uno. Conecté desde el principio con Erdil (turco), imagino que porque los dos trabajamos el humor. Eso, al final, se lleva en el carácter y se nota. Pero esto sólo respecto al trabajo, porque en lo demás coincidimos un grupo de lo más majo y salao. Esos días nos íbamos regalando muestras de nuestros trabajos entre unos y otros, lo que me hizo regresar a casa con una gran recopilación de muy buenos tebeos de cada rinconcito de Europa.
Llevas ya tiempo abordando temas sociales para El Jueves. ¿Es complicado tratarlos desde el humor y el cómic?
Pues la verdad es que no me he planteado nunca si es fácil o difícil. Hay temas que, como es normal, puedes conocer más e incluso sentirte identificado, pero lo cierto es que a mí me gusta tomármelo todo con humor. Si puedo reflejarlo en forma de monigotes, pues mejor que mejor. Si, además, resulta que de ello he hecho mi profesión… Pues ya es el no va a más y te sientes afortunado por ello.
Cómic y Rusia no son dos palabras que solamos asociar… ¿Cómo viste el panorama comiquero por allí?
Pues lo primero que me sorprendió es que para ser un festival del cómic… ¡No se vendieran cómics! Algo casi impensable aquí en España. Allí se ensalza, sobre todo, el trabajo de los autores con grandes exposiciones y talleres. Pude apreciar una pasión enorme por la historieta alejada de una lucha voraz entre editoriales. Descubrí el placer de poder comprar cómics en autobuses colocados en plena calle. Es un país que quiere que las palabras cómic y Rusia comiencen a asociarse por Europa.
Una duda… ¿En Rusia refrescaba más que por aquí?
Los primeros días, por muy increíble que parezca, yo iba en manga corta. Y te lo dice uno que con una corriente del aliento de un pajarico se resfría. Luego empezó a refrescar y a llover para despedirnos. Aunque peor es que te inviten en enero… Cuenta la leyenda que alcanzan los 25 grados bajo cero. ¡Ríete tú del cierzo!