El amor de Mobuko presenta a una chica tan tímida que pasa desapercibida para quienes la rodean… ¿También para el compañero de trabajo del que está prendada?
Cuando en una entrevista de trabajo confunden su nombree por “Mobuko” (“personaje secundario”, en japonés) a Nobuko Tanaka le parece de lo más natural. Esta estudiante universitaria es tranquila y reservada, no le gusta destacar. Sin embargo… “Incluso en los márgenes del camino donde la luz no llega, pasan las estaciones y brotan las flores”. O sea, que por mucho que su timidez le ponga cuesta arriba cualquier interacción social, la cándida Nobuko, a sus 20 años, ha descubierto que su coraza no resiste los encantos de un chico guapo y amable. Ha llegado la estación del amor; es hora de saltar al escenario para interpretar el papel de su vida.
Hay cierto paralelismo entre la protagonista de El amor de Mobuko y la trayectoria de su autora, Akane Tamura. Antes de debutar en solitario, esta dibujante se mantuvo entre bambalinas como asistente de Jun Mayuzuki en la muy recomendable Amor es cuando cesa la lluvia (Tomodomo Ediciones). Lo cierto es que su estilo y tono recuerdan a los de su maestra, aunque se distancia de esta en la audacia del enfoque, ya que aquí estamos ante un romance entre universitarios sin más obstáculos que la torpeza de los implicados.
Hay otro detalle que conecta los ‘amores’ de Tamura y Mayuzuki: la elección del lugar de trabajo como escenario principal de la trama. En este caso, como en el de tantos jóvenes japoneses, nos encontramos a Nobuko como empleada a tiempo parcial en un supermercado. Si tener que atender al público ya le cuesta, no digamos cuando tiene que hablar con sus compañeros de trabajo, también universitarios en su mayoría. Sin embargo, todos son buena gente, e incluso alguna se preocupa por Nobuko lo suficiente como para animarla a dar el paso de acercarse a Irie, el chico por el que suspira. Él, a pesar de su aparente aplomo, tampoco está en el lado de los extrovertidos.
Cada gesto cuenta
A la vista de este primer tomo, y teniendo en cuenta que estamos ante una serie abierta, está claro que el romance entre esta pareja predestinada se va a cocer a fuego muy, pero que muy lento. Cada palabra, cada roce, cada gesto, son objeto de sonrojo y de interpretación. En este sentido, la autora se demuestra ducha en narrar los encuentros entre los protagonistas, los cuales sabe dotar de una enorme tensión dramática, en contraste con la nimiedad de las acciones representadas (que si me ayuda a subir una caja, que si le recojo las gafas…).
En todo caso, sus defectos también son sus virtudes, y no se le puede negar encanto al conjunto, algo a lo que contribuye un estilo de dibujo limpio y elegante. Además, más allá de los amoríos, esta es sobre todo una historia amable y divertida sobre hacerse mayor, vencer ese montón de pequeños miedos que se van encontrando en el camino y aprender a creer en uno mismo. ¡Vamos, Nobuko, tú puedes!
El amor de Mobuko, de Akane Tamura nº1 (serie abierta)
Traducción de Raquel Viadel
Kitsune Manga. Rústica, b/n, 160 págs., 8,50 euros.
Artículo publicado originalmente en la revista Z