Periodista y dibujante, Dani García-Nieto es un tipo hiperactivo de ideas brillantes (lo digo como compañero suyo en el micrófono del podcast ‘Charrando de tebeos’). Una de sus últimas locuras ha sido llevar al cómic relatos clásicos de terror y misterio, adaptándolos en un tono a medio camino entre la Escuela Bruguera y la animación de Hanna-Barbera. El resultado lleva por título ‘El Necronomicón‘ (Editorial Cornoque), y es uno de los tebeos más sorprendentes de entre los muchos que nos ha dejado la cosecha invernal en Aragón.
No es la primera incursión de García-Nieto en el terreno del misterio y el horror. Hace no mucho tiempo, a medias con Miguel Ángel Hernández, firmó un fanzine con el mismo nombre y espíritu que este ‘El Necrocomicón’. En el tiempo que va de su anterior álbum (‘Aventura bajo el Pirineo‘, 2010) hasta el actual, también ha llevado al cómic obras cumbres del pensamiento como ‘El manifiesto comunista’, ‘Dios y el Estado’, ‘Teoría de la propiedad’ y ‘El segundo sexo’.
En ‘El Necrocomicón’, los adaptados son otros clásicos: H. P. Lovecraft, Edgar Alan Poe, Robert E. Howard y Emilio Salgari. Un momento… ¿Salgari? El propio autor lo aclara en la solapa: «Incluye obras de autores que recrearon una cierta ‘ficción oscura’ […] o que deberían haberlo hecho, como Emilio Salgari. O así me hubiera gustado a mí». En realidad, la fuerza de este tebeo está sobre todo en cómo lleva García-Nieto estas historias su terreno. El mejor ejemplo es precisamente ‘El Corsario Negro‘ de Salgari, donde canaliza su visión del relato a través de una serie de recursos gráficos tan imaginativos como efectivos. La profusión de líneas y espirales en esta historieta, que se ven también en la adaptación de ‘Un descenso al Maelström‘ de Poe, resulta hipnótica, envolvente y aterradora.
El efecto funciona mucho mejor en las historietas en las que el autor recurre a su propio estilo que en las que trabaja con personajes y ambientaciones extraídas de la animación de Hanna-Barbera. No se puede negar que este juego de contrastes es un concepto original y hasta perturbador (por ejemplo, ‘El caso Valdemar‘ está protagonizado por Don Gato). Sin embargo, la mezcla de ambos universos dentro del mismo álbum resta algo de empaque al resultado final. En cualquier caso, el conjunto funciona muy bien, y más gracias al acierto de usar como transición entre los relatos chistes al estilo de los de Charles (‘Familia’) Addams.
‘El Necrocomicón’, no hay que dejarse engañar por el título, tiene mucho de terror y poco de cómico. Hasta cierto punto, es una ‘rara avis’ dentro del catálogo de la malavidera Editorial Cornoque, por lo que quizás haya pasado algo desapercibido. Los devotos seguidores de los libros de Editorial Valdemar tienen un tebeo al que prestar atención, y con el que a buen seguro se sorprenderán y deleitarán a partes iguales.