ESPACIO EXTERIOR. Una sección de Queco Ágreda.
Hoy esta sección abandona los restrictivos límites del papel para hablar de un webcómic que ya lleva algunos años haciendo las delicias de sus lectores y que yo, personalmente, no me canso de recomendar: ‘Subnormality‘. Se trata de una serie que un dibujante canadiense oculto bajo el pseudónimo de Winston Rowntree lleva publicando desde 2007 en el seno de su web Virus Comix, y que se ha convertido en su obra principal, aunque también realiza trabajos de ilustración y algunas páginas para la web de la revista Cracked.
La serie comenzó como una colección de chistes inconexos basados en el contraste y el humor absurdo, pero a medida que avanzaba fue convirtiéndose en algo más. Poco a poco fueron afianzándose temas y personajes recurrentes como una esfinge con problemas para adaptarse a la época moderna (y que se ha convertido en el icono del webcómic), una simpática chica de pelo rosa que trata de buscarse la vida, una escritora de relatos de terror con problemas para relacionarse con la gente, una belleza cuyos intereses desafían todas las expectativas de los que la rodean, dos emprendedores que ponen en marcha negocios aparentemente absurdos, el cantante de un grupo de rap-metal con más entusiasmo que éxito, y unos cuantos más, a los que Rowntree ha ido cruzando de vez en cuando y con los que crea un retablo en el que plantea reflexiones sobre la condición humana.
Porque a medida que avanzaba, el humor fue siendo relegado a un segundo plano y el absurdo fue dejando paso a una aguda observación crítica y a cierta amargura existencialista. Las pequeñas tiras de los inicios se fueron expandiendo hasta transformarse en enormes posters o adoptar fórmulas narrativas no habituales que aprovechaban que el ordenador no impone los límites del dibujo de la misma manera que un soporte impreso. De los pequeños gags de unas pocas viñetas se ha llegado a reflexiones sesudas en forma de historieta o a conmovedoras narraciones que podrían situarse entre lo mejor que se está haciendo actualmente en el terreno de la ciencia ficción. Y siempre con una enorme cantidad de texto que ya se ha convertido en marca de la casa y que le ha hecho ganarse el subtítulo «comix con demasiadas palabras».
Es una pena que el ritmo de actualizaciones haya decrecido tanto, a medida que el autor tiene cada vez más encargos al margen de su web, pero también a causa de que en los últimos tiempos sus nuevas entregas son cada vez más trabajadas, más profundas y más largas, por lo que, por supuesto, requieren cada vez más trabajo para acabarlas. Por fortuna los resultados son tan buenos que merece la pena esperar.
De momento los cómics de Rowntree no han sido recopilados en papel, aunque sí hay a la venta posters, camisetas y reproducciones impresas.