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Tomarse en serio ‘Fantasmas‘ (Planeta Cómic) es un error. La serie concebida por Joshua Williamson para Skybound, el sello de Robert Kirkman, es una propuesta algo majarona, pero cumple a la perfección su principal objetivo: entretener. Es todo lo que se le puede pedir a un cómic que parte de la original premisa de hacer un ‘Ocean’s Eleven’ centrado en lo paranormal. Para todo lo demás, Alan Moore.

‘Fantasmas’ entronca con la tradición pulp que deja a un lado la verosimilitud para adentrase en caminos bizarros (en el sentido anglosajón de la palabra). El protagonista (el George Clooney de esta historia) es Jackson T. Winters, un ladrón de altos vuelos que ve pasar la vida entre rejas tras un fracasado y sangriento asalto a un casino. Su destino cambia cuando un millonario coleccionista de objetos mágicos le libera para darle un asombroso encargo: quiere que robe para él un fantasma de una mansión encantada. Aunque Winters no tiene ninguna gana, volver al trullo no es una opción, así que configura un equipo de variopintos expertos para dar el palo sobrenatural.

Joshua Williamson, alabado guionista por ‘Muerdeuñas‘ (Norma Editorial), escribe para este primer volumen de la serie un arco argumental que funciona a la vez como presentación e historia cerrada (tan cerrada que si no fuera por el ‘volumen uno’ que aparece en la portada uno pensaría que esto es una entrega única). La acción no decae y se combina bien con la trama sobrenatural; hay algunos toques de humor, pero menos de los que requeriría una historia que en ningún momento logra dar miedo. El concepto de un equipo de especialistas, cada uno de su padre y de su madre (un poco a lo Mulder y Scully), reunido para afrontar asuntos fantasmagóricos tiene potencial, pero a Williamson le cuesta dar con un tono adecuado que dé personalidad a la historia más allá de hacerla llevadera.

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El dibujante Goran Sudzuka y el colorista Miroslav Mrva realizan un buen trabajo, en la línea habitual de otros tebeos de Skybound. Sudzuka recurre a sombras sucias para darle cierto aire siniestro a las escenas, pero lo cierto es que las viñetas que mejor funcionan son las más limpias y luminosas.

‘Fantasmas’ encierra ingredientes para ser más de lo que acaba siendo. Williamson, como sus protagonistas, debería arriesgar más para lograr dotar de alma a su relato, que pide a gritos más desenfado y menos intensidad… O quizás justo lo contrario, eso depende de los gustos. Habrá que esperar al segundo volumen de la serie para descubrir qué quiere ser exactamente ‘Fantasmas’.