No era tan inevitable como parecía. El encuentro entre Groo y Conan puede parecer natural para muchos, pero lo cierto es que no cabe pensar en dos universos más alejados, ni en una idea más simplista que considerar al bárbaro de Sergio Aragonés como una mera parodia de la creación de Robert E. Howard. Sin embargo, cuando la casa editorial de Groo, Dark Horse, adquirió los derechos de Conan, solo era cuestión de tiempo que estos dos errantes cruzaran sus destinos. Por fin tenemos aquí el resultado: ‘Groo vs. Conan‘ (Planeta Cómic).
El encuentro entre los dos grandes espadachines suponía un gran problema, como explicó en esta entrevista el propio Aragonés: «Groo no puede ganar a Conan, porque la gente de Conan no lo va a dejar, ni Conan puede ganar a Groo, porque no lo voy a dejar yo». Además, había que ingeniar una manera para que la historia encajara sin traicionar al espíritu de ambos iconos del cómic estadounidense. Ahí entra una vez más el genio de Aragonés y su fiel escudero en los guiones, Mark Evanier: ellos mismos aparecerían como personajes.
Bajo estas premisas transcurren los cuatro números de la miniserie ‘Groo vs. Conan’, que en España se ha editado como un tomo único. En sus páginas, Aragonés y Evanier visitan una tienda de cómics al borde del cierre por culpa de un malvado inversor inmobiliario. Mientras Evanier trata de ayudar al librero, Aragonés se pega un buen golpe en la cabeza, y cual Alonso Quijano imagina que es… ¡Conan! Así que mientras en el plano real vemos al autor dando brincos con el culo al aire (literal), en su cabeza trascurre una aventura en la que la estulticia de Groo desconcertará tanto a Conan que nos preguntaremos: ¿Quién es el estúpido aquí?
Con su habitual ritmo acelerado, y con algunos golpes de humor muy pegados a la actualidad (hay alusiones al sistema sanitario estadounidense, e incluso comentarios autoreferenciales que los fans sabrán apreciar), Aragonés y Evanier dan vida a una divertida historieta en la que, marca de la casa, conviven las peleas sin sentido y las sabias moralejas. A sus casi 80 años, el autor hispano-mexicano sigue demostrando un talento arrollador tanto para construir historias como para dibujarlas a un ritmo frenético y con un nivel de detalle extraordinario. Las apariciones de Conan corren por cuenta del dibujante realista Thomas Yeates, que a pesar de su estilo acartonado cumple su función.
Ahora que por fin se rompe la larga e inexplicable ausencia de Groo en el mercado español, solo queda esperar que Planeta (u otra) se anime a recuperar tanto la obra magna de Aragonés como sus otros trabajos recientes (‘Sergio Aragonés’ Funnies’). Eso sí, por favor, que intenten hacerlo con la traducción de Luis Vigil o un seguidor de su trabajo. Y es que en ‘Groo vs. Conan’ duele leer que Groo ansia «salsa de queso» en lugar de la mítica «fondue».