John Egbert es un niño de aire despistado y espítitu bromista, mago amateur, fan de las películas de acción y aficionado a los videojuegos. Es el día de su cumpleaños y quiere conectarse con sus amigos para jugar junto a ellos a un nuevo juego cuya versión beta debería haberle llegado al correo. Cuando empiecen a jugar van a comprobar que es un juego particularmente inmersivo, con capacidad para afectar a la vida real, y que les va a llevar a la aventura de sus vidas.
Éste es el planteamiento inicial de ‘Homestuck‘, el webcómic que lleva publicando Andrew Hussie en su web MS Paint Adventures desde abril del 2009, del que hacía bastante tiempo que quería hablar por aquí, y que, tras haber superado un par de largas interrupciones, está previsto que finalice este mes, coincidiendo con su séptimo aniversario.
Es una obra aparentemente inabarcable, da vértigo comprobar que rebasa las ocho mil páginas, aunque la mayoría de ellas consten apenas de una viñeta y de un mínimo texto que imita la estructura de las viejas aventuras conversacionales. Pero a medida que avanza, la historia se hace más compleja, con algunas páginas que incluyen cantidades ingentes de texto, animaciones (en principio modestas, pero alguna tan compleja que ha llegado a durar 15 minutos) e incluso algún minijuego (para lo cual Hussie ha tenido que recurir al apoyo de un equipo creativo, aunque él sigue siendo responsable absoluto de la escritura de la historia).
Por supuesto, la longitud de la obra deja prácticamente en nada la relevancia del argumento inicial con el que he abierto el artículo, porque la trama se expande rápidamente: si el primer acto transcurre íntegramente en casa de John y éste es protagonista absoluto y casi solitario, ocho mil páginas después la acción tiene un reparto de un centenar de personajes (incluyendo versiones de diferentes universos y líneas temporales de varios personajes, muchos de las cuales han muerto, a veces incluso más de una vez) y se ha extendido a al menos cinco universos (varios de los cuales han sido destruidos por el camino) e incluyen mundos extraños, viajes en el tiempo, amenazas cósmicas diversas y mucho humor metalingüístico.
Por el camino, Hussie demuestra un enorme talento a la hora de crear nuevos mundos, mitologías y criaturas (sus explicaciones sobre los cuatro tipos de relaciones de pareja de los trolls, sumando otras tres posibilidades al amor de los humanos, es ya un clásico de la serie), un extraordinario dominio del gag recurrente (algunos procedentes incluso desde sus anteriores trabajos, como guiño a sus fans más veteranos) y una asombrosa capacidad para recuperar frases o acontecimientos que en un principio parecían menores, llegando a retomar chistes o tramas después de miles de páginas y cuando ya parecían olvidadas.
Esta peculiar saga se ha convertido en todo un fenómeno: tiene millones de seguidores, ha dado pie a algunos de los más llamativos cosplays de los últimos años (especialmente de los trolls, personajes que no aparecen hasta pasadas las dos mil páginas de cómic) y ha batido récords de recaudación en un ‘crowdfunding’ para hacer un videojuego basado en su universo, cuya realización ha sido precisamente una de las causas de que la publicación haya estado en pausa prácticamente dos de los tres últimos años.
Andrew Hussie tiene ya a sus espaldas una larga trayectoria como autor de webcomics, habiendo fundado ya en 2003 la web Team Special Olympics, en la que publicaría sus primeras obras; la de mayor éxito, ‘Whistles’, daría lugar a una serie que publicaría en papel la editorial SLG. En 2008 cerraría dicha web para abrir una nueva, MS Paint Adventures, en la que empezaría a publicar cómics en un formato que parodiaba las aventuras de texto, un formato iniciado con ‘Jailbreak‘, que había creado como un juego en un foro aceptando los comandos sugeridos por los lectores, y que perfeccionaría con ‘Problem Sleuth‘, también muy recomendable, a cuya finalización iniciaría ‘Homestuck‘. En papel, Hussie ha recopilado todo ‘Problem Sleuth’ (en cuatro volúmenes) y los tres primeros actos de ‘Homestuck’, antes de que la proliferación de animaciones empezase a hacer casi imposible su adaptación. También se ha publicado un recopilatorio de ‘Sweet Bro and Hella Jeff‘ (un webcómic realizado dentro del webcómic por uno de los personajes de ‘Homestuck’), nueve CDs con la banda sonora (y bastantes más de música inspirada en el cómic) e incluso una nueva web, ‘Paradox Space‘, con cómics ambientados en el universo Homestuck dibujados por diversos autores, y que a su vez ya lleva dos tomos recopilatorios.
Por su longitud requiere bastante esfuerzo, el comienzo es algo lento y algunos pasajes pueden hacerse algo farragosos, pero una vez que has entrado en su particular estilo resulta altamente adictivo. En general es una lectura que merece la pena y una saga cuyo final seguro que va a suponer todo un hito. Echadle un vistazo.