Buena parte de la obra de Kiriko Nananan, una de las primeras autoras de josei publicadas en España, se mantiene inédita en nuestro mercado. Recordamos Blue y El amor duele, los dos títulos que nos llegaron en los 2000
El mercado del manga vive un momento excelente en nuestro país, tanto como para que por fin el manga josei, el que originalmente está dirigido a un público femenino adulto en Japón, empiece a dejar de ser (muy timidamente) una rara avis en el catálogo editorial español. Así pues, esta es quizás la ocasión oportuna para reivindicar a Kiriko Nananan (Niigata, 1972) , autora con una delicadeza narrativa apabullante a la que pudimos leer hace ya casi ¡20 años! por estos lares gracias a Ponent Mon, y que lleva demasiado tiempo ausente en los catálogos editoriales.
Kiriko Nananan es especialista en retratar el las desazones sentimentales de la juventud japonesa, con un estilo de dibujo absolutamente limpio y una narración en la que los espacios de silencio y la distribución de los textos cobran especial relevancia. Algo definitorio en su trayectoria es que debutó en 1993 en la revista Garo, mítica casa fundacional del manga alternativo, si bien su carrera se desarrollaría posteriormente en revistas josei como la extinta Cutie Comic, donde también publicaron Moyoco Anno o Chika Umino. En las páginas de la revista de moda Zipper, donde se serializó su obra Strawberry Shortcakes, coincidió con otro gran nombre del josei, Ai Yazawa, que por esa época publicaba la famosa Paradise Kiss.
La mayoría de las referencias a Kiriko Nananan se concentran en los años del cambio de siglo. Por entonces se la asoció al movimiento La Nouvelle Manga promovido por Frédéric Boilet, quien se encargaría de la adaptación gráfica de Blue para el mercado francobelga. Uno de sus últimos mangas hasta la fecha, Strawberry Shortcakes, fue llevado al cine en 2006, y la propia autora tuvo un papel como actriz, encarnando a una de las cuatro protagonistas.
Blue y El amor duele
Aunque Ponent Mon, al calor de La Nouvelle Manga, publicó primero en España Blue (2004) y luego El amor duele (2009), y ambos se publicaron originalmente en Japón en 1997 (en algunas fuentes se señala 1995), procede abordar primero esta segunda obra, ya que en realidad es un recopilatorio con las historias cortas que la autora publicó en Garo.
El amor duele reúne 23 historias cortas, algunas de las cuales en realidad comparten título y están conectadas, bien por temática, bien porque comparten personajes. En todo caso, todas coinciden en que, apenas echando un vistazo a un instante en la vida de los protagonistas, hombres y mujeres jóvenes con un pie en la precariedad, se adentra sin reservas en los territorios más descarnados del amor: pasiones, inseguridades, celos, infidelidades, silencios, frustraciones, contradicciones… A pesar del escozor y la comezón, Nananan no renuncia al encanto de esa, como cantaba Freddie Mercury, «crazy little thing called love».
Sirva como ejemplo de las intenciones de la autora la historia Life Planning, en tres partes. En la primera, nos presenta a Chikada, un joven que lleva dos años viviendo con su novia, estrella de las líneas eróticas. Él vive casi mantenido, aunque trabaja a tiempo parcial para pagarse los caprichos; allí, en el curro, es donde una compañera más joven se enamora de él y se le ofrece sin ningún tipo de pudor. Chikada cae en la tentación, pero regresa al hogar: un calentón no es suficiente para alterar una vida a la que ya está acomodado. En la segunda parte, la protagonista es la chica locamente enamorada de Chikada, quien en un arrebato se planta en casa de la pareja; en la tercera, es la novia de Chikada, que descubre la infidelidad y le pide explicaciones. Tres puntos de vista para una misma conclusión: «Las cosas más tontas de la vida en común rezuman cariño».
En Blue, serializado en la revista de manga alternativo Comic Are!, Nananan se centra en dos chicas cuya amistad deviene en un amor obsesivo. Mientras sus compañeras de pupitre, como un frívolo telón de fondo, viven las ilusiones y miedos propios del último año del bachillerato, Kayako y Masami se enfrentan a una inmensa barrera de tabúes, y no solo por su relación lésbica en una zona rural, sino también por otras cuestiones como la infidelidad o el aborto. En riguroso blanco y negro, con un contraste absoluto, este manga respira el azul de la tristeza al que hace referencia el título, el de un amor no imposible, pero sí lo suficientemente complicado como para convertirlo en una experiencia intensa y dolorosa.
Con Blue, la autora da un paso más en su estilo, renuncia por completo al humor que asomaba en El amor duele, y conjuga definitivamente la pulcritud de su dibujo (una línea clara depuradísima) con lo desgarrador de la historia. Mención especial merece la sutileza y delicadeza que demuestra la autora en su narrativa en ambas obras: los fondos son apenas inexistentes, por lo que los personajes interactúan (o se ignoran) sin ningún elemento que desvíe la atención del hecho dramático; las viñetas tienen encuadres que dejan fuera parte de los rostros, o directamente los personajes aparecen de espaldas o con la cara tapada por el pelo, escatimando una expresión que quien lee debe interpretar; hay también vacíos, en negro o blanco, que invitan a la pausa. Los textos son poderosos por sí mismos, pero cobran relevancia gráfica al ser usados en una disposición escalonada en las viñetas y páginas.
Obras por leer
Está claro que Kyoko Okazaki (Pink, Helter Skelter) es una gran influencia para Kiriko Nananan, si bien esta prefiere no remover tanto el fango de la sociedad capitalista y centrar sus esfuerzos, al menos en estas dos obras, en diseccionar las relaciones amorosas. Aunque, como decíamos algo más arriba, parece que esta autora ha aparcado el cómic, cuenta en su haber con varias obras que bien podrían encajar fácilmente en el catálogo actual de alguna editorial española: el tomo recopilatorio de historias cortas Water., o los tomos únicos Kabocha to mayonnaise (la historia de una relación de pareja en crisis) o el ya citado Strawberry Shortcakes (la lucha de cuatro amigas por abrirse paso en Tokio), ambos llevados al cine, y todos ellos publicados en Francia.