El Spirou de Yoann y Vehlmann alcanza su plenitud con una aventura en la que recuperan -¡por fin!- al icónico animal de Palombia y abrazan gozosamente el legado de Franquin
En alguna que otra ocasión, Spirou ha sido considerado una especie de superhéroe europeo al estilo de Batman; evidentemente, no por la amargura y negrura del Caballero Oscuro, sino por la versatilidad del personaje para, sin perder su esencia, adaptarse a los tiempos y prestarse para contar todo tipo de historias, siempre en el ámbito de la aventura. Con más de ocho décadas a sus espaldas, el intrépido botones ha generado, al igual que el icono de DC Comics, su propia mitología, y en los puestos más altos de esta se encuentra el Marsupilami, el peculiar animal creado por Franquin en ‘Spirou y los herederos‘ (1952).
Así pues, no es de extrañar que para los aficionados al sempiterno mozo de hotel, ‘La furia del Marsupilami‘, en nuevo álbum del tándem Yoann-Vehlmann que acaba de editar Dibbuks, sea algo así como un evento editorial de esos que marcan un antes y un después, tan caros al otro lado del Atlántico. No es para menos: desde ‘El fabricante de oro’ (1970), primer álbum firmado por Fournier, en el que Franquin aún colaboró, el extraordinario mamífero había separado su destino de sus queridos compañeros.
Retomando la historia de su anterior álbum, ‘Un botones en Sniper Alley‘, Yoann y Vehlmann nos presentan a Spirou y Fantasio aquejados de un extraño mal: cada vez que alguien les habla o muestra una imagen del Marsupilami, sus nervios se encrespan y acaban discutiendo. Intrigados ante este fenómeno, descubren que son víctimas de la zorglonda de Zorglub, con la que les han borrado los recuerdos de su peludo amigo. Sin embargo, tras esta treta no está el habitual villano de la serie, sino Zantafio, el vil primo de Fantasio. Tras pedirle cuentas, los tres se embarcarán en un viaje a Palombia en busca del marsupial… Con lo que no cuentan es que, tras años de abandono, el animalito no está esperándolos precisamente con los brazos abiertos.
Celebración de un legado
Con ‘La furia del Marsupilami’, los actuales responsables de Spirou alcanzan su plenitud como titulares de la serie regular, en la que poco a poco han ido ganando enteros tanto en guion como en dibujo. Quizás no tanto porque este sea un álbum más o menos redondo -siguen funcionando mejor para el lector casual los títulos de la colección ‘Una aventura de Spirou y Fantasio por…‘-, sino porque retoma y cierra con acierto una vieja cicatriz en la historia de los personajes, encajando todas las piezas en un puzle que, en conjunto, deja una más que satisfactoria aventura.
*Artículo publicado originalmente en la revista Z nº75