¡Pobre Aleksis! Este joven soldado ruso se las va a tener que ver con las miserias de la Europa de los años 20 del siglo XX. Primero, en su tierra natal, comprobando cómo en nombre de los ideales se comenten las peores fechorías; luego, en el Berlín previo al ascenso nazi, con paso por la industria cinematográfica incluido; y, por último, en medio de las tensiones étnicas de los Balcanes. ¡Pobre Aleksis! Sus aventuras no son épicas, pero merecen ser contadas. Los encargados de hacerlo son los franceses Jean Régnaud, al guión, y Emilé Bravo, al dibujo, en ‘Las auténticas aventuras de Aleksis Strógonov‘, un tomo integral editado por Ponent Mon.
Los tres álbumes que componen este tomo se publicaron originalmente en Francia entre 1993 y 1998, de la mano de la editorial Dargaud. En 2004 se publicó en formato integral al otro lado de los Pirineos, pero ha sido hasta diez años después que este cómic ha llegado a España; algo realmente insólito, teniendo en cuenta la calidad del tebeo y la fama de Émile Bravo.
Aleksis Strógonov es una suerte de Tintín ruso, un joven soldado sin ánimo aventurero que, simple marioneta en manos de la Historia, se va a ver envuelto en acontecimientos de lo más variopinto. En el primer álbum, ‘Bielo’, conocemos a Aleksis y a su hermano pequeño. Ambos combaten junto al ejército soviético contra las fuerzas del zar en las frías llanuras de Bielorrusia. Bajo el mando de un cobarde y oportunista revolucionario, se les encomendará la misión de instaurar un soviet en un pueblo perdido en el que poco saben de Lenin y compañía. En la siguiente historieta, ‘Kino’, seguimos a Aleksis en su huida a Alemania, donde recala en Berlín y tiene ocasión de conocer dos ambientes muy diferentes: el glamour de la incipiente industria cinematográfica y la estulticia de los nacionalistas. En ‘Tamo’, tercera y última aventura, Aleksis prosigue su viaje hasta los Balcanes, donde se verá envuelto en la lucha contra el imperio ocupante, pero también en las batallas fratricidas entre los distintos pueblos de la región.
Jean Régnaud escribe un tríptico (que da la sensación podría haberse prolongado más) espléndido, lleno de humor negro y con una punzante crítica a los despropósitos cometidos en nombre de la ideología. Para ello, se sirve de un personaje poco carismático, un buen tipo que es héroe a su pesar, y de unas tramas llenas de acción. Cuenta con la complicidad de un soberbio Émile Bravo, magnífico en su línea clara (con colores ajenos, eso sí: de Findakly, Trondheim y Cianci).
‘Las auténticas aventuras de Aleksis Strógonov’ son, valga la redundancia, una auténtica delicia. Un divertido viaje por la historia de Europa alejado de toda épica y gloria.