Camisas hawaianas y asesinatos: ‘Las piñas de la ira’, de Cathon (La Cúpula), es un combinado de lo más refrescante
‘Las piñas de la ira‘ (Ediciones La Cúpula) es justo el tebeo que necesitas. Porque cuando el ruido se adueña del mundo, nada sienta mejor que echarte al cuerpo un cómic ligerito, que combina la calidez de una protagonista adorable y el entretenimiento de una intriga criminal.
El tercer ingrediente que le da calidad a este combinado es el escenario de la acción. Se trata de Trois-Rivières, una pequeña ciudad de la provincia de Quebec (Canadá) que tiene la peculiaridad de contar con la comunidad hawaiana más grande del mundo.
En esa ambientación tropical en pleno norte se mueve la protagonista, la joven Marie-Pomme, quien se gana la vida como camarera del bar-karaoke The Golden Piña, pero cuya verdadera pasión son las novelas de misterio. Así que, cuando a su alrededor se sucedan extrañas muertes relacionadas con la ingesta de piña colada, este trasunto de Miss Marple con diadema y blusa de flores se lanzará de lleno a investigar por su cuenta.
Con estos mimbres, Cathon (seudónimo de Catherine Lamontagne-Drolet, Quebec, 1990) se compone un tebeo simpático, aderezado con surfistas, iconografía tiki, surtido de cócteles y piñas, muchas piñas. La trama criminal es más bien una excusa para hacer desfilar personajes de lo más peculiares, aunque ninguno como Marie-Pomme, que recuerda en su inocencia a la inolvidable Amélie Poulain. A esta sensación ayuda un dibujo ágil, en un dulce blanco y negro, y una narración que se mueve al ritmo de las palmeras, aunque esconde algún que otro golpe (a fin de cuentas, este es un tebeo de asesinatos).
‘Las piñas de la ira’ no te cambiará la vida, pero te alegrará una tarde, aún más si se lee con una piña colada entre las manos.
Las piñas de la ira, de Cathon
Ediciones La Cúpula, rústica, 144 páginas, 17,90 euros
Traducción de Raúl Martínez