‘Los bosques de Upsala‘ (Edicions de Ponent) está lejos de ser una historia amable. El suicidio es uno de los grandes tabús de nuestra sociedad. Los medios de comunicación tienen por norma no informar sobre casos de personas anónimas. Es comprensible. Por eso, el cómic que firman Francisco Sánchez y Guillermo Capacés, basado en la novela homónima de Álvaro Colomer, sitúa al lector ante una realidad incómoda. Sin embargo, lo hace sin entrar en el morbo, con sensibilidad y con una pulcra puesta en escena. Sería injusto decir que esta novela gráfica solo habla del suicidio: es también una tremenda historia de amor.
‘Los bosques de Upsala’ es la historia de Julio y Elena. Ella sufre una profunda depresión y considera que su vida ha dejado de tener sentido. Él la quiere con toda su alma, y va a hacer todo lo que esté en su mano para evitar que ella dé el paso final. A partir de ese momento, asistimos a la desesperación y angustia de un hombre que constata a diario cómo la vida está de más para la persona que ama. Puede ponerle barreras físicas, pero… ¿Hasta cuándo? ¿Cómo retener a alguien cuyo único deseo es sumergirse en el abismo?
La carrera de Francisco Sánchez (Barcelona, 1962) como guionista de cómic solo tiene dos títulos: ‘Chernobil. La zona‘, con Natacha Bustos, y este ‘Los bosques de Upsala’, con Guillermo Capacés. Si bien su tema y localización son muy distintos, ambas obras coinciden en mostrar realidades duras sin entrar en el sensacionalismo. Eso no quiere decir que esquive las aristas. Sabe encontrar el enfoque justo para provocar, de forma inteligente, las emociones del lector. En ‘Los bosques de Upsala’, como bien explicó el propio Sánchez durante su reciente presentación en Zaragoza, tuvo la facilidad de que la novela original se movía en los mismos parámetros.
Francisco Sánchez cuenta con la colaboración indispensable de Guillermo Capacés (Zaragoza, 1982). Este dibujante pertenece a la misma generación que otros aragoneses ya curtidos como Álvaro Ortiz o José Antonio Ávila. Con este último compartió fanzine, ‘Gato Negro’, ganador del premio a mejor fanzine en el Salón del Cómic de Bacelona de 2010. A pesar del rodaje a sus espaldas, no ha sido hasta ‘Los bosques de Upsala’ cuando se ha podido ver a Capacés en formato largo. Su estilo sobrio y comedido le va como un guante al tebeo. Sabe llevar con eficacia al papel los recursos que imagina Sánchez para mostrar las profundidades de los personajes. Quizás le falte algo de ‘rasmia’, algo de soltura. Por eso precisamente este salto era necesario en su carrera, que a buen seguro ya no se detendrá y promete ir a más. Proyectos no le faltan.
‘Los bosques de Upsala’ no es una historia amable, pero es un tebeo que merece ser leído. Una novela gráfica para conmover a unos y reconfortar a otros. Porque al final queda el amor.