Los estratos es una nueva demostración del talento de Pénélope Bagieu para narrar anécdotas -en este caso, propias- y sacar del sucedido, además de risas, certeras reflexiones
Pénélope Bagieu (París, 1982) ha desarrollado un extraordinario talento como narradora; una habilidad que le permite hacer de lo pequeño algo grande, y de lo grande algo pequeño, siempre con el objetivo de captar la atención de los lectores, desde la primera a la última de las viñetas de sus historietas cortas. Podríamos desarrollar mucho más esto, pero se resume rápidamente en una expresión, a la que aquí le quitamos cualquier connotación negativa: tiene -o más bien ha adquirido a base de trabajo- el don de caer en gracia. Demostró sobradamente ese gracejo en la multipremiada Atrevidas (antes titulada Valerosas, 2016; edición de Norma Editorial de 2022), y lo vuelve a hacer con Los estratos (Norma Editorial, 2022), un divertido y emotivo compendio de confesiones autobiográficas.
Si uno lo piensa, Los Estratos es un título de lo más apropiado para este tebeo. Lo que somos ahora es fruto de la acumulación de experiencias a lo largo de nuestra vida; nos creemos especiales, pero no dejamos de ser como la tierra que pisamos: un cúmulo de capas superpuestas que, si excavamos y analizamos a conciencia, arrojan luz sobre lo que ahora vemos en la superficie.
Bagieu coge pico y pala (lápiz y tinta) y profundiza en sus recuerdos de niñez y juventud, desde la infancia hasta esa inflexión que marca el paso a la vida adulta. Hay varios momentos que podrían encuadrarse en esto último, pero quizás el más definitorio sea el que narra en ‘Tres días’, donde, a la muerte de su padre – “todo un personaje”- la joven Bagieu imagina la posibilidad de un hermano desconocido. Hay más capítulos dedicados al tema de la pérdida (¡ay, esa gata!), pero también hay pequeños chistes, mucho más prosaicos, en los que es fácil reconocerse.
Crecer y descubrir
Crecer lleva aparejado enamorarse, y también descubrir que, por desgracia, hay lobos acechando a la vuelta de la esquina. La autora relata con salero cómo fue su primer ‘verano del amor’ y su primer susto derivado (“Lo amaba tanto que ardía. De hecho… Me ardía literalmente. Ahí. Mucho”). Hay alguna divertida experiencia más por ahí con un novio tacaño y un músico intenso, que demuestran que de todo se aprende. También hay una hermosa historia de amistad. Estos pasajes divertidos, emotivos y mordaces contrastan con otros que rememoran momentos oscuros; situaciones de acoso e incomodidad que nadie debería sufrir, y mucho menos por el mero hecho de ser una chica.
Los estratos es testimonio de una autora con un carisma irresistible, una mirada certera sobre las emociones y un enfoque feminista amplio. Cualidades notables por separado que, en combinación, otorgan a Pénélope Bagieu la rara habilidad de aunar en unas cuantas viñetas intimidades, risas e igualdad.
Los estratos, de Pénélope Bagieu
Norma Editorial. Flexibook, b/n. 144págs., 28€
Traducción de Eva Reyes de Uña