‘March’ (Norma Editorial) es una detallada crónica del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos a través del testimonio de uno de sus protagonistas, John Lewis.

March

Un tebeo monumental para narrar una lucha justa. ‘March‘ (Norma Editorial) es una detallada crónica del movimiento por los derechos civiles de los afroamericanos en los Estados Unidos durante los años 60. Un apasionante relato que recoge el testimonio de alguien que vivió muy de cerca aquellos hechos, uno de los pocos protagonistas que siguen aún con vida para contarlo: el congresista John Lewis. Un «héroe de los derechos civiles»; un activista que pasó muchos días en el calabozo y la cárcel; un hombre respetado que sabe que el fantasma de la discriminación aún recorre su país. Él fue quien no dudó en señalar a Trump como «racista» cuando el presidente estadounidense calificó como «países de mierda» a varios estados africanos.

‘March’ está escrito por el propio John Lewis y por su asesor político, Andrew Aydin. El dibujo -convendría hablar más bien de la narración gráfica- corre a cargo de Nate Powell, quien ya ha demostrado su interés por el tema en otro tebeo, ‘El silencio de nuestros amigos‘ (Planeta Cómic). Tomando como punto culminante de la lucha por los derechos civiles la llegada de Obama a la Casa Blanca en 2009, la historia nos retrotrae a la infancia del congresista para mostrar la dura vida de una familia negra en Alabama, en el llamado «cinturón negro» de los Estados Unidos. Allí el joven Lewis conocerá lo que significa vivir en un país que sobre el papel reconoce la igualdad, pero que en la realidad funciona como un estado segregacionista.

El primer obstáculo, siempre clave, es el acceso a la educación, pero a este le siguen infinidad de humillaciones, como no se atendidos en cafeterías «de blancos», no poder entrar en el mismo cine, tener que usar aseos separados… A lo que se une la impunidad con la que actúan los racistas, ante cuyos crímenes la justicia hace la vista gorda. Todas estas vivencias llevarán a Lewis a tomar conciencia de la necesidad de luchar por sus derechos, algo a lo que también contribuirá, curiosamente, el cómic ‘La historiad de Montgomery’. A partir de aquí el relato sigue el activismo político y social del protagonista, vinculado principalmente al movimiento estudiantil, a través del cuál conectaría con otros protagonistas del movimiento, como Martin Luther King o Malcom X, e incluso con los presidentes John F. KennedyLyndon B. Johnson (que, como se ve en esta obra, a pesar de haber pasado a la historia con una pátina progresista, tardaron bastante en asumir el camino hacia la igualdad efectiva).

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El cómic refleja a lo largo de sus casi 600 páginas el largo camino hasta lograr la aprobación de la ley de Derechos Civiles de 1964 -y su posterior ampliación-, en el que hay hitos como la campaña «Viajeros por la libertad», la marcha sobre Washington DC o la no menos icónica marcha desde Selma a Montgomery. Una lucha épica no exenta de tensiones internas -muchas- y, sobre todo, sometida a la presión de una reacción furibunda y violenta por parte de la sociedad racista del sur. Hubo muertos, y no pocos. A pesar de todo, Lewis se mantuvo fiel a los principios y métodos de la no violencia, de los que este ‘March’ es casi un manual. Leído en 2018, llama la atención la apropiación simbólica que del movimiento de los derechos civiles hacen otras causas actuales que, aún pudiendo ser legítimas, en ningún caso pueden compararse con la dramática situación que vivía la comunidad afroamericana en los Estados Unidos de la época.

‘March’ bordea un peligroso desfiladero, al fondo del cual está la mera hagiografía de John Lewis. Aunque evidentemente seguimos la historia a través de sus vivencias, tiene la prudencia de no centrar el foco exclusivamente sobre su figura y abrir el plano al contexto general. A esto une la honestidad de reconocer las dudas que le asaltaron durante aquellos intensos años, en los que el objetivo estaba claro, pero no así los métodos.

Si John Lewis y Andrew Aydin realizan un tremendo esfuerzo de síntesis y orden para que prácticamente no sean necesarias las notas al pie (cosa que se agradece mucho en una lectura como esta, donde suelen ser un lastre), no menos reseñable es la labor de Nate Powell para darle en su traslación a imágenes el ritmo justo que la historia requiere, convirtiéndola en un entretenido relato.

Como crónica, como testimonio y como cómic. ‘March’ funciona en esos tres niveles y es un gran lectura para formar(se) en valores.