Entrevista por Marta Monzón.
En el pasado XIV Salón del Cómic de Zaragoza tuvimos la oportunidad de hablar con la catalana Marta Salmons, dibujante que junto con Mijail Sampedro forman el dúo Skizocrilian Studio. Salmons acudió al Salón para presentar su obra ‘A través del Khamsin’, manga que publican con Norma Editorial y que actualmente tiene dos tomos en el mercado, a la espera del tercero y último de la saga.
Skizocrilian Studio debutó en Medea Editorial con ‘Papercats’ y trabajaron en el mercado francés con ‘Synop6’ en la línea Shogun Magazine. En el 2011, publicaron ‘Pechanko!’, obra ganadora del V Concurso de Manga de Norma Editorial, con la que se dieron a conocer en el mercado nacional. Su colaboración con Norma no se detendría ahí; así, en 2013 vió la luz el primer tomo de ‘A través del Khamsin’ y al año siguiente se publicaría el segundo tomo.
¿Cómo se formó Skizocrilian Studio?
Skizocrilian Studio nació en el momento en que empezamos a trabajar para Francia con la obra ‘Synop6’. Antes teníamos cada uno un seudónimo de personajes de rol, ‘Skizofrenia’ y ‘Metacrilian’, y de la mezcla de ambos nació nuestro nombre Skizocrilian Studio. Nos pareció una mezcla curiosa y fantástica, con el que conjugamos la locura y la fantasía.
¿Cómo fueron vuestros primeros trabajos?
Amateurs (risas). Con ‘Papercats’ empezamos a conocer lo que eran las fechas de entrega y el estar en un proyecto bastante largo. En Francia aprendimos mucho sobre los formatos y el sistema de trabajo. Nos sirvió bastante para hacernos una idea de cómo funcionaba el mundo de la edición y cómo se trabaja dentro. Con ‘Papercats’ se hizo una recopilación de un minitomo por Medea Ediciones y ‘Synop6’ era una serie de capítulos que se publicaban en la revista Shogun Magazine, una revista que seguía los pasos del modelo japonés.
¿Ha habido alguna obra o autor que te animó a convertirte en dibujante de manga?
CLAMP. Con ellas tuve una época muy enfermiza en la que me compraba todo lo que publicaban (risas).
Supongo que tendrás alguna obra preferida de estas autoras.
Mi obra favorita de CLAMP, a pesar de que no está terminada, es ‘X’; pero visualmente, creo que me quedaría con ‘Clover’. Su estilo de dibujo me parece muy fino, sobre todo por el uso que hacen del blanco y negro.
CLAMP son un referente en cuanto al manga para chicas o manga shojo, pero tus historias son más de manga de chicos o manga shonen.
Sí, porque me gustan mucho las historias de aventuras. De CLAMP admiró su estilo, pero también disfruto con una buena batalla. Combates como los de ‘Naruto’ o ‘Ataque a los titanes’… ¡Yo he crecido con ‘Bola de Drac’ (‘Dragon Ball’)! Esas batallas las vivo… Me lo paso muy bien dibujándolas.
A la hora de poneros manos a la obra, ¿cómo os distribuís el trabajo entre los dos?
Al comienzo trabajábamos según la marcha. Antes dibujábamos mitad y mitad; cada uno se encargaba de unos personajes y luego Misha entintaba y yo ponía las tramas. Poco a poco, Misha se fue centrando más en el guión y yo me fui centrando más en el dibujo.
‘Pechanko!’ fue la primera obra que publicasteis con Norma Editorial, que además fue ganadora del V Concurso de Manga. ¿Cómo surgió la idea de este tomo?
Al principio no estaba ambientado en España sino en Inglaterra; a modo de anécdota, decir que por eso Luke se quedo con el nombre de Luke. Queríamos contar la historia de un chico occidental y un chico oriental muy distintos entre sí y que poco a poco se fueran conociendo a través de la cultura de cada uno, con sus pros y sus contras.
Cuando leí ‘Pechanko!’ me quede con la impresión de que los protagonistas no sólo conocen la cultura del otro, sino también su propia cultura a través de los ojos del otro.
Si, exacto. Cuando te vas al otro extremo del planeta, te das cuenta de lo diferente que eres culturalmente y es precisamente esa diferencia lo que le da un valor a tu propia cultura. Lo que has dicho es precisamente el objetivo de la historia: darse cuenta de que lo que tú estás rechazando, el otro lo puede apreciar. Le tengo mucho cariño a esta historia porque creo que enseña algo importante a los lectores.
¿Os pillo por sorpresa ganar el premio?
¡Nos pusimos muy contentos! Fue una grata sorpresa. No teníamos muy claro que fuéramos a ganar porque en este tipo de cosas nunca se sabe. Cuando nos lo dijeron, estuve bastante asustada con sólo pensar en todo el trabajo que se nos venía encima. Por un lado era estupendo, pero por otro tenía ese miedo; al fin y al cabo era la primera vez que trabajamos con Norma Editorial y no era cuestión de quedar mal (risas).
Y no quedasteis mal porque poco después publicasteis el primer tomo de ‘A través del Khamsin’, obra que vienes a presentar a este salón. ¿Cómo surgió ‘A través del Khamsin’?
Bebe mucho de ‘Papercats’; de donde mantiene varios elementos como el paraíso de Akakor o los nombres de los personajes principales, pero añadimos la idea de Khamsin, lo que complicó toda la historia desde el principio hasta el final. Está influenciado también por los documentales que hemos visto muchas veces en la televisión sobre el desierto y las diferentes culturas mitológicas (como la egipcia o algunas latinoamericanas); y también tiene elementos de videojuegos y juegos de rol, como el hecho de que los personajes tengan que viajar a diferentes puntos para conseguir determinados objetivos.
En vuestra obra mostráis un mundo seco, casi muerto, y donde la raza decide la clase social. ¿Qué influencias habéis tenido para crear el mundo de ‘A través de del Khamsin’?
Según me dijo Misha, le gustaba mucho ‘Mad Max’. En el momento que elaboramos la obra, yo no había visto la película ni sabía nada sobre ella; así que, a la hora de dibujarla, me basé en mis propias referencias. El año pasado vi ‘Mad Max’ y pude ver muchos elementos del cómic en la película (risas). Misha se basó en esa película, pero el conjunto de la obra es la mezcla de las influencias que ya he comentado.
En la obra aparecen una gran variedad de personajes, tanto protagonistas como secundarios. ¿Cuál es el personaje con el que más has disfrutado? ¿Y el que menos?
Con los que más he disfrutado son Kuro y Geriza. Creo que Koga y Ryuki tienen el peso de la historia porque son el punto más neutro de todo. Simpatizo mucho con Koga porque es el personaje más inocente, pero me cuesta dibujarlo en determinadas ocasiones. Ryuki es más fácil. Colt es el hueso duro a la hora de dibujarlo. Es un personaje perturbado, ambicioso y quiere conseguir el paraíso de Akakor a cualquier precio. Colt es el contrapunto oscuro de la historia y de los protagonistas.
En la obra aparecen muchos temas, como el racismo, la lucha de clases o la conservación de la naturaleza. ¿Qué elementos o temas son los más importantes de la obra para ti?
Las diferencias sociales es uno de los puntos más destacados de la obra. Pero creo que es más importante el hecho de conservar o preservar lo que tenemos o tener un respeto a todo lo que nos rodea. Ren, uno de los personajes, en un momento dado, hace emerger de un yermo seco de arena agua cristalina y limpia, pero antes pide permiso y da las gracias a ese yermo por el agua que van a beber. Creo que es también el objetivo de esta historia: no perder de vista ese respeto al mundo y a la naturaleza.
Tanto el tomo 1 como 2 acaban en momentos álgidos de la historia. ¿Nos puedes dar algún avance del próximo tomo?
El tomo 3 arranca con Colt en la iglesia de Aishi, al que fuerza a decir dónde están los protagonistas, y entonces parte en su búsqueda. También retoma al personaje de Kuro y cómo va a buscar a sus compañeros en avión. Es una lástima que no te pueda enseñar las páginas, porque es mejor ver un ejemplo visual. También veremos lo que les pasa a los personajes secundarios: Amari, Inude, Geriza… Y hasta aquí puedo leer.
¿Ya hay fecha para el tomo 3?
No puedo decirlo exactamente porque depende también de la editorial, pero calculo más o menos que se terminará entre mayo y septiembre de 2016, si todo va bien. Como muy tarde estará para el Salón del Manga de Barcelona del próximo año. Si puede salir antes, saldrá antes.
‘Pechanko!’ y ‘A través del Khamsin’ son dos obras de géneros muy diferentes, ¿cuál es el género en el qué más cómodos os movéis?
Me gusta un poco de todo. Quizás me inclino más a la fantasía, porque me permite imaginar escenas o viñetas con recursos más pictóricos y me permite irme más por las ramas, por así decirlo. Pero, disfruto con todo porque cada género tiene su miga. No es lo mismo dibujar casas que paisajes, evidentemente. En el cómic, a pesar de que es dibujar y disfrutar de ello, lo que acabas contando es una historia, entonces, no es sólo dibujarla sino también saber contarla.
¿Hay algún género que no habéis tocado todavía y que te gustaría?
Terror. Aunque es bastante difícil porque en el cine gana mucho, sobre todo por la banda sonora, que te mete en la historia y te mantiene en tensión. Pero me encantaría probarlo. La ciencia ficción sería también otro género que me gustaría intentar.
Pocos autores españoles consiguen publicar con uno de los grandes sellos editoriales. ¿Qué tipo de dificultades habéis encontrado a lo largo de vuestra carrera?
Nos hemos encontrado con que no era el momento adecuado para publicar manga, no era lo que buscaban las editoriales o ya tenían a otras personas que hacían ese trabajo. Esos han sido algunos de los inconvenientes a los que nos hemos enfrentado. Pero la dificultad más grande que encontramos, al menos en nuestro caso, es que no podemos vivir plenamente del cómic porque no da para vivir. Lo estamos haciendo por amor al arte. Trabajas con ilusión pero se necesita un compromiso que no todo el mundo está dispuesto a aceptar.
Como autores de manga que sois, ¿qué te parece la situación del manga en España?
Estoy contenta. Ojala vaya a más y la gente pida más manga español. Avanza poco a poco, no va mal del todo. En comparación a 10 años atrás que sólo publicaban autores japoneses, ahora las editoriales están más abiertas.
Aunque estamos ya un poco estancados en el sentido de que no llega a todo el público que podría llegar. Sigue habiendo mucha gente que cree que el dibujo, los cómics o los mangas son para niños, aunque muchas veces se cuentan historias duras y adultas que podrían interesar a lectores de mediana edad, o mayores incluso. Este pequeño hándicap se podría paliar desde la educación en la escuela. Si en las bibliotecas incluyeran cómics, la gente podría conocer más y mejor el medio y comprobar que no es un estilo despreciable. Es entretenido de leer y se explica la historia igual que en una novela o, incluso, mejor porque una imagen visual te da algo distinto de las letras.
Cuando estaba en la escuela, un profesor me recomendó ‘Maus’ cuando tenía unos 15 o 16 años y se lo agradecí. Otra vez un profesor me pillo en clase dibujando (risas). Era el profesor de lengua castellana y no le pareció mal, al contrario, me animo. Me dijo: ‘A ver si algún día veo un cómic tuyo’. Parece una chorrada pero en ese momento fue mucho para mí, porque no lo estaba rechazando, estaba incluso alabándolo.
Incluso dentro del mundo del cómic, los que leen cómic sólo leen cómic y no quieren saber nada de manga; y los que leen manga sólo leen manga y no quieren saber nada de cómic.
Sí, me ha pasado. Creo que es un error de encasillamiento en un género o estilo de dibujo. No pasa nada por mezclar; de hecho, es bueno. Hablando de grandes mercados, el tipo de historias de origen francés no es el mismo que el tipo de historias japonesas o americanas, por ejemplo. Dentro de los grandes mercados, existen las pequeñas historias que quizás son las que más valen, porque tratan temas que son universales o historias que nos pueden llegar a todos. Por lo que recomendaría no cerrarse en banda sólo a un estilo.
¿Qué recomendarías a alguien que te dijera que quiere publicar manga en nuestro país?
Lo primero, que tenga constancia y paciencia. Siempre puede preguntar y buscar consejo de otros autores que ya lo han conseguido. No cerrarse en banda, también, porque a veces los artistas somos un poco orgullosos y no sabemos encajar las críticas bien; por lo que no hay que cegarse con eso, sino aprender a ser respetuoso.
¿Qué diferencias podemos encontrar entre el manga de origen español del manga de origen japonés?
Primero, la longitud de las historias. Como no tenemos un mercado que se pueda mantener a largo plazo, no se corresponde lo que estás cobrando con el trabajo que te supone realizarlo. Hablo si publicas tu obra en España, si publicas fuera y luego traen tu edición aquí es distinto también. Lo bueno que tenemos es que a los artistas se nos da carta blanca para nuestra obra. Por ejemplo, en el mercado francés normalmente tienen un guionista que establece la editorial al dibujante. También hay otros casos en los que el guionista se busca un dibujante y entonces acuden a una editorial. Pero el guionista suele ser francés.
Nuestras historias son más similares a los cómics japoneses de historias cortas o de origen underground, que no son tan comerciales como las historias románticas o de batallas; las puede haber, pero estamos más cercanos a ese tipo de manga que a las producciones más comerciales. Como nuestras historias son más cortas, queremos contar algo más que una simple batalla o el amor de un chico y una chica, vamos más allá.
¿Se podría decir que son historias más maduras?
Sí, creo que sí. Poniendo el ejemplo de las Xian Nu Studio, en su manga ‘Bakemono’ estaban por un lado las batallas y aventuras pero había un punto más maduro en el que los protagonistas se enamoran y, si hubiera sido un manga japonés, no se habrían ido a la cama. Hubiera quedado más sutil o menos explicito. Esta diferencia puede aportar algo que el público no está acostumbrado a ver, y eso es bueno.
¿Cómo ves el futuro del manga de origen español?
Lo veo prometedor, porque hay gente con mucho talento, aunque no sé si conseguirán publicar aquí. Si nos espabilamos un poco, fuera tenemos más mercado y además cobraremos más que aquí por el mismo trabajo. Es muy bonito decir que vives del cómic, pero no siempre puede ser así en tu país, por lo que tienes que buscar alternativas.
Hay gente muy buena en España. Ojala el mercado fuera más grande y la gente se interesará un poco más por ello, porque tendríamos grandes artistas. Poder publicar y vivir en tu propio país sería lo ideal.
A la hora de publicar fuera, ¿qué tipo de dificultades podéis encontrar?
La principal es la barrera lingüística. Por otro lado, fuera te tienes que supeditar a lo que quiere el editor o el guionista. Los plazos de entrega pueden ser un problema; si aquí pueden ser más flexibles, allí no lo son tanto e incluso puedes perder el trabajo si no cumples. También influye tu predisposición a moverte o a cambiar de país si es necesario.
Una vez que finalicéis ‘A través del Khamsin’, ¿tenéis ya algún otro proyecto en mente?
Hay ideas, pero también quiero descansar un poco porque, ahora mismo, mi vida está un poco patas arriba. Me gustaría hacer un poco de ejercicio (risas) como las personas normales.
Y, por último, ¿qué te ha parecido el Salón del Cómic de Zaragoza?
Tiene el mismo ambiente que el Salón de Barcelona. Ha sido divertido. Además, la organización ha tenido el detalle de darnos un obsequio. Me han dado un par de rotuladores, ¡yo ya soy feliz con eso! (Risas) Lo agradezco.