Uno de los nuevos reyes del thriller nipón, Tetsuya Tsutsui, da un giro a su carrera con ‘Poison City’, un título que, siguiendo los códigos del género de suspense, aborda un tema siempre de actualidad: la censura en el cómic. Los trágicos ecos del Comics Code resuenan en el Japón previo a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020.

poison city

Esta historia nos suena, y eso que todavía no ha ocurrido. A pocos meses de la celebración de los Juegos Olímpicos en Tokio – en un futuro tan cercano como 2020-, un grupo ciudadano denominado ‘Movimiento de Purificación’ impulsa la aprobación de la ‘Ley de libros íntegros’, una norma “destinada a eliminar de las librerías de todo el país cualquier libro nocivo, con potencial de obstaculizar el sano desarrollo de niños y jóvenes”. De esta manera, un comité censor se encarga de clasificar los mangas como “dañinos” o “no dañinos”; solo estos últimos pueden exhibirse al público para su venta, mientras que el resto quedan relegados al ostracismo comercial.

En este contexto, un joven mangaka, Mikio Hibino, se enfrenta a un crudo dilema: ¿publica su nueva obra tal y como la había concebido, o renuncia a las partes más truculentas y logra así el nihil obstat de los censores? El autor pronto descubre que el desfiladero que recorre la frontera de la libertad de expresión es escarpado y lleno de obstáculos. Cualquier pequeña cesión abre la brecha para que la tijera represora dé cada vez más tajos no solo a su serie, sino a toda la industria del entretenimiento.

poisoncity

La carrera del autor protagonista de ‘Poison City’ ofrece reverberaciones de la trayectoria del propio Tetsuya Tsutsui. Así, el mangaka ideó esta historia tras chocar con las exigencias de sus editores, que le pidieron que rebajara el tono de sus tramas, en las que es habitual la crítica social asociada al siempre polémico tema del terrorismo (como se puede comprobar en las absorbentes ‘Prophecy‘ o ‘Manhole’, ambas editadas también por Planeta Cómic). Al igual que su héroe de ficción, Tsutsui ha encontrado su tabla de salvación en una editorial extranjera -en su caso, la francesa Ki-oon- que, al comprar sus derechos para el extranjero, garantiza su sustento económico y su libertad creativa.

‘Poison City’ es una grata sorpresa. Aunque en sus anteriores trabajos apuntaba muy buenas maneras, con este manga Tetsuya Tsutsui se destapa definitivamente como un autor con discurso que trasciende la fórmula comercial del thriller. La acción, centrada en el ecosistema editorial japonés, es tremendamente adictiva, pero es ante todo una invitación a la reflexión sobre los límites de la libertad de expresión, y cómo estos están sometidos a una creciente amenaza. Lamentablemente, un nuevo Comics Code es hoy una posibilidad cierta.

 

* Artículo publicado originalmente en revista Z nº59