Hay tebeos cuya premisa inicial está en una dimensión muy superior a la obra en sí. Los mangas son especialistas en esto. Jesús y Buda regresan a la Tierra para irse de vacaciones juntos, lo que da lugar a todo tipo de situaciones cómicas. La idea es morrocotuda; el desarrollo un chasco. Vamos un paso más allá, y por la vía seria. Una empresa decide clonar a Jesucristo para hacerlo protagonista de un ‘reality show’, pero la cosa les sale rana y el chaval decide seguir los senderos de Sid Vicious. El argumento es provocativo y atractivo… ¿El resultado final? ‘Punk Rock Jesus‘ (ECC Ediciones), de Sean Murphy.
En el epílogo de ‘Punk Rock Jesus‘, Sean Murphy reconoce que este tebeo es fruto de una crisis espiritual tras la que decidió hacerse ateo. A este factor inicial se unió su voluntad de afrontar temas éticos como la clonación humana o la moralidad de la industria del capitalismo-espectáculo, así como cargar contra el fundamentalismo religioso. Grandes cuestiones que demuestran la ambición de este cómic por jugar en la liga de los mayores.
Como todo buen estropicio del siglo XXI, ‘Punk Rock Jesus‘ tiene como punto de partida a un emprendedor. ‘Tea party’, fundamentalismo cristiano, grandes hermanos varios… En este contexto, en un futuro nada lejano, un alto directivo de la corporación Ophis husmea lo que quiere el pueblo americano y decide dárselo con el ‘reality show’ definitivo: un segundo advenimiento de Jesús. Ophis contrata a base de talonario a una prestigiosa genetista y ecologista, la Dra. Epstein, para que clone al mesías a partir de células de la Sábana Santa. El invento requiere la colaboración de una virgen, así que se recluta a una menor de extracción humilde para que quede embarazada por obra y gracia de la probeta. Todos forman parte de este Gran Hermano Jesús, llamado J2 – nombre ideal para que entre bien en un tuit-, que transcurre en una isla privada cuya seguridad controla Thomas McKael, un ex-combatiente del IRA.
A este elenco se suma el protagonista, Chris, al que, como en ‘El show de Truman‘, vemos nacer y crecer a lo largo del tebeo. El foco está sobre él, pero también alumbra al resto de personajes, cuyas posiciones ayudan a desarrollar los temas que interesan a Murphy. Poco a poco el entorno opresivo de J2, en la práctica una prisión, va haciendo mella en sus habitantes, expuestos al circo mediático como monos de feria y acosados por grupos de radicales cristianos. Todo conduce a un giro inesperado -no para el lector, dado el ‘spoiler’ que lleva el título de la obra-: un Chris adolescente decide encauzar su rebeldía a través del punk y hacerse profeta anti-sistema.
Sean Murphy (Nashua, New Hampshire, 1980) había ejercido como dibujante en series como ‘Joe el Bárbaro’, ‘Hellblazer’ o ‘American Vampire’. Con ‘Punk Rock Jesús‘ se arranca como autor completo con un tebeo muy arriesgado. Hay en esta obra gran cantidad de temas de calado, desde la religión al poder de los medios, con los que construye una historia entretenida y emotiva. A pesar de su experiencia como dibujante, paradójicamente, funciona mejor el guión que el dibujo. El blanco y negro sucio por el que opta Murphy es efectivo, pero causa cierta confusión en algunos pasajes y no logra transmitir tanto como pretende. Genera también cierta ansiedad en el lector el hecho de que, sabiendo desde la portada de qué va la historia, la trama principal transcurra de forma cronológica y no sea hasta bien entrado el cómic cuando vemos al icónico Jesús punk.
Volviendo al punto de partida… ¿Ha sabido Murphy explotar al máximo su propia idea? ‘Punk Rock Jesus‘ es un tebeo que merece ser leído, que cala en el lector y le escupe a la cara un buen montón de cuestiones morales y filosóficas. Pero le sobra obviedad: es demasiado transparente qué y cómo lo quiere transmitir, y eso al cabo resulta poco estimulante. En buena medida, este detalle es un reflejo de la actual línea Vertigo de DC, que trata de repetir patrones de éxito olvidando que, como en el punk, la actitud es lo que marca la diferencia.