«Me llena de odgullo y satisfacción…». La de 2013 fue la última Nochebuena en la que los españoles escucharon esto, ya que el 14 de abril de ese mismo año se instauró la III República. Pero… ¿Qué es esto? Es la historia alternativa que imaginó Ricardo Peregrina (Barcelona, 1973) hace un par de años, cuando la revista El Jueves le encargó una serie con la familia real como protagonista. Juan Carlos y compañía son los protagonistas de ‘Borbón y cuenta nueva’ (Evolution Comics) que, por cuestiones de azar y de oportunidad editorial, ha salido a la venta coincidiendo con el histórico relevo en la jefatura del Estado.
‘Borbón y cuenta nueva’ reúne más de 200 páginas, a tan solo 6,95 euros, en las que vemos al monarca, su prole y sus yernos -ay, los yernos- en las más disparatadas situaciones. Cuentan con la ayuda del siempre fiel Jaime Peñafiel y con el respaldo de un grupo de incondicionales monárquicos. Durante meses, a pesar de no cortarse un pelo, esta serie se ha publicado sin problemas en El Jueves, que sin embargo ha sido objeto de censura por una portada, mucho más suave, sobre la abdicación del rey. Sobre su obra y lo ocurrido en la revista nos responde Peregrina a través de un cuestionario por correo electrónico.
Es lo que toca primero: hablar de El Jueves. Ha pasado casi un mes desde que varios dibujantes abandonaron la revista tras la censura de RBA. Tú estás en el grupo de los que decidieron quedarse. ¿Cómo ves, ya en frío, todo lo ocurrido?
¿Ya ha pasado un mes? Aún lo tengo bastante reciente y en la revista todavía se está intentando hacer frente a las consecuencias de todo aquello. Me parece que ni podremos hacer vacaciones este verano…
No sé… Quizás la decisión de abandonar la revista que tomaron tantos dibujantes la veo ahora un tanto precipitada, aunque les entiendo, porque yo también estuve a punto de hacerlo. Se tenía que denunciar aquella censura de alguna manera: RBA decide retirar 60.000 ejemplares y volverlos a reimprimir con otra portada que no hablase de la Corona, y encima obliga a El Jueves a no volver a mencionar a la Casa Real en portada, sin dar ninguna explicación. Me dio mucha rabia cuando supe lo que había pasado, y cuando empecé a recibir noticias de los autores que abandonaban la revista pensé: “Sí, ahora todos los dibujantes hemos de plantar cara y no habrá más revista hasta que RBA ceda y pida disculpas. ¡Haremos una huelga de lápices caídos!”. Pero según me dijeron luego, aquello no hubiese servido para nada. Las ventas de El Jueves no son para tirar cohetes y al señor RBA aquella presión sólo le hubiese hecho cosquillitas. Ni siquiera le hubiese importado que la revista desapareciese de su catálogo.
Durante aquellos días me pasé horas y horas chateando en Facebook con el resto de autores que todavía no habían tomado una decisión, igual o más preocupados que yo. Algunos también decidieron marcharse, otros acabamos por decidir que era más sensato quedarse. Admiro mucho a los compañeros que se han tenido el valor de irse porque gracias a ellos ha salido a la luz este caso de censura, han dejado en evidencia a RBA y han hecho que se tome conciencia de lo habitual de las prácticas censoras en los medios de comunicación.
Pero en el interior de El Jueves, aunque parezca absurdo, no ha habido ningún tipo de censura en ningún momento. Y parece que a día de hoy se puede volver a tratar el tema de la monarquía en portada (no sé si habrán negociado o RBA habrá acabado cediendo con toda la repercusión que ha tenido el asunto…).
Después de todo este tinglado seguro que la revista ha perdido credibilidad de cara a lo lectores. Y si encima algunos de los autores más emblemáticos desaparecen de sus páginas, está claro que El Jueves ya no será lo mismo. Pero la revista ha superado anteriormente momentos complicados (tras la muerte de Ivà y de Gin, por ejemplo) y confío en que este lo volverá a superar. Los que nos quedamos y los que vendrán haremos lo posible para que sea así. Será un Jueves un poco diferente, pero seguirá siendo El Jueves.
Además todo esto ha servido para que la oferta de revistas de humor haya aumentado: ¡En septiembre llega Orgullo y Satisfacción mensual!
Vamos a temas más amables -aunque no para la monarquía-… ¿Cómo surge ‘Borbón y cuenta nueva’, la serie publicada en El Jueves y ahora recopilada por eVolution Cómics, sello de Panini?
Esto fue en el 2012. Cuando ya se empezaba a hablar abiertamente del caso Urdangarín, desde El Jueves se les ocurrió recuperar en forma de cómic para la revista una idea que tenían pensada hacía tiempo para una serie de animación en su web: la familia real, en un futuro no muy lejano, había perdido su empleo y ahora vivían todos juntos en un piso como una familia más. Mayte [Quilez], la directora me llamó un día para preguntarme si a mí me apetecía encargarme de aquello, que consistiría en una serie de dos páginas semanales de continuará. Y yo acepté. Parecía que el tema tenía posibilidades. Además, que pensasen en mí para una nueva serie me subió la autoestima… Aunque también estaba un pelín cagado porque nunca antes había hecho algo parecido.
Estuve pensando en ideas durante varias semanas, pero entonces, con pocos días de diferencia, se conocieron las noticias del accidente del rey cazando elefantes y del disparo en el pie de Froilán. La Corona estaba de actualidad y ya me metieron prisa para empezar a publicar la serie cuanto antes.
Como serie, era una apuesta bastante arriesgada para El Jueves, ya que debe de ser de las pocas historietas de continuará que ha publicado.
Creo que la idea de hacerlo así fue de J.L. Martín. Él ya había publicado años atrás un par de historias de continuará con su Jesusito y tenía previsto hacer una nueva que acabamos publicando al mismo tiempo que ‘Borbón y Cuenta Nueva’. No sé… Supongo que la intención era dar algo más de variedad a la revista, aparte de intentar enganchar al lector para que comprase semanalmente la revista (algo que la mayoría de lectores ‘jueveros’ no suele hacer).
¿Cómo es el proceso de convertir a personas reales y tan conocidas en personajes de ficción? ¿Cuál ha sido tu favorito?
Uno de los puntos a favor de la serie era en un principio ese: que los personajes ya eran conocidos. El lector no tenía que acostumbrarse a ellos: el golfo campechano, la tonta, el calzonazos, la ambiciosa, el chanchullero, el adolescente problemático… Pero en realidad a esas personas no las conocemos. Lo único que sabemos de ellos es a través de lo que nos cuentan en los medios: cotilleos, anécdotas, escándalos… Y eso ya nos hace verlos casi como una caricatura. Por eso los personajes más complicados de adaptar han sido los que han dado menos la nota, como la reina Sofía y Felipe, los más discretitos. Me he tenido que inventar cosillas para hacerlos más graciosos. Igual que me he inventado las inclinaciones sexuales de Peñafiel, que es mi favorito.
¿Temiste en algún momento que te llegara algún ‘toque de atención’ por alguno de tus chistes?
Después de la censura con la portada de los príncipes en 2007 y después de ver que ya no se había vuelto a decir nada de portadas bastante fuertes sobre la monarquía, pensaba que ya había pista libre para decir lo que fuera sobre el tema. Más tratándose de páginas interiores que no tienen repercusión fuera del círculo de los lectores habituales.
El único momento de duda que tuve fue dibujando una viñeta en la que Letizia le pegaba un tiro en la frente a Juan Carlos, terminando el capítulo con un ‘cliffhanger’ impactante. Se publicó sin problema, pero sí que, días después, hablando con la gente de redacción, me comentaron que con aquella viñeta en concreto llegaron a temer que nos diesen un «toque de atención”.
En general he sido bastante inconsciente y no me he preocupado lo más mínimo de lo que ponía en las historietas. Para mí los personajes eran «mis» personajes, mis propias criaturas de ficción que podía manipular a mi antojo.
Es increíble la cantidad de gags que cuelas por página y viñeta. ¿Cuánto trabajo te ha llevado un guión con tanta carga de humor?
Mucho trabajo. Entre pensar el argumento, pensar gags, planificar viñetas, dialogar, colar referencias a la actualidad… Muchas veces me pasaba un día entero preparando el guión de un capítulo de dos páginas.
Luego el dibujo también está bastante trabajado. Suerte del color, que lo ponía mi amigo Patrick Fodéré, si no las entregas semanales hubiesen sido imposibles. Al menos con ese nivel de acabado.
¿Tenías un guión atado y bien atado desde el principio o te fuiste dejando llevar?
Me dejé llevar mucho, y creo que se nota porque la historia es cada vez más loca. Aunque tenía claro el final y ciertas cosas que tenían que ocurrir. Digamos que tenía marcados algunos ‘campamentos base’ y la ruta hasta llegar a ellos la iba improvisando semana a semana.
Lo curioso es que, a pesar de ser un tebeo humorístico, tiene también mucho de aventuras y ciencia-ficción…
Eso es porque al ser una historia de continuará pensé que era ideal darle algo más de emoción y de intriga para enganchar al lector. Y jugar con el tema de los clones me parecía divertido.
Otro elemento que sorprende es que, además de llevar al extremo la mofa a la familia real, también te ríes de la posible república, agitando el ya manido fantasma de Aznar como presidente republicano.
Al principio dudaba entre poner de presidente a Aznar o a Marichalar. Pero luego pensé que, sabiendo de la mala relación que se dice que había entre Aznar y el rey y las ansias de poder del primero, iría mejor para la historia una república aznariana. Aparte de hay rumores que dicen que a Aznar le pondría mucho ser presidente de la República de España.
‘Borbón y cuenta nueva’ se ha publicado de una forma poco habitual hoy día: rápido, en quiosco, y sobre todo, muy barato. ¿Ha sido cosa de las gentes de Panini o tú querías que saliera así?
Hemos coincidido. Pensé que lo ideal sería distribuirlo a la manera de El Jueves, en quioscos, ya que así sería más fácil llegar a los lectores que ya la conocían y que en muchos casos no son especialmente lectores de cómics. Si a eso le sumas que el tema estaba de máxima actualidad y que la gente estaba muy receptiva, lo más lógico era intentar llegar a un público lo más amplio posible. En Panini pensaron lo mismo y además tenían la infraestructura necesaria para conseguirlo. Me pareció genial.
Vienes de la cantera de Amaníaco, ahora estás en El Jueves… ¿Por dónde ves tu futuro? ¿Te gustaría hacer más álbumes como este?
Me gustaría seguir en El Jueves muchos años, pero nunca se sabe. Después de lo que ha pasado ya veremos… Espero que las ventas no bajen demasiado y El Jueves se mantenga vivo mucho tiempo. Ahora mismo no tengo nada claro qué haría si me quedase sin trabajo en la revista, pero está claro que ya no podría vivir del cómic como estoy haciendo ahora.
En cuanto a lo de hacer otro álbum como este… Si he podido hacerlo ha sido gracias a que en El Jueves me publicaban dos páginas cada semana, si no ni de coña hubiera hecho algo así. Pero de momento no me lo planteo. Ha sido un currazo tremendo y ahora quiero tomarme un descanso. Seguiré en la revista con mi otra serie, ‘Horario de Oficina‘, con páginas sobre actualidad y quizás una nueva serie sobre sexo dentro de unos meses.