Junji Ito marca tendencia. Después de haber leído las obras del maestro de lo extraño, es ver un manga con la portada oscura y el sello de ECC y entrar unas ganas irreprimibles de comprarlo. ¿Que encima está completo en solo tres tomos? Mejor que mejor. Eso es lo que ocurre con ‘Semillas de ansiedad‘, de Masaaki Nakayama, un autor japonés especializado en el terror psicológico que hasta ahora permanecía inédito en España. El título de este manga avanza certeramente lo que vamos a encontrar al pasar las páginas: una colección de historias extremadamente cortas en las que reina el mal rollo.
‘Semillas de ansiedad’ es un manga extraño. Por lo que propone y por cómo lo propone. Nakayama se aleja de los grandes terrores, monstruos o esperpentos para centrarse en esas situaciones de lo cotidiano en las que un escalofrío recorre la espalda. Extraños seres que te siguen los pasos en una calle solitaria y oscura. Ojos y extremidades que surgen de la nada. Fantasmas sin rostro que se asoman a la ventana. Sonidos en la noche que parecen susurrarte algo al oído. Leyendas urbanas que dejan de ser rumores. Como si fueran chistes macabros, estas escenas se desarrollan en apenas tres o cinco páginas, siendo las más extensas de poco más de una decena de páginas. Suficiente para crear una atmósfera de desazón, una breve pero tensa espera que queda rematada por un inevitable susto final.
A pesar de lo sugerente de la propuesta, ‘Semillas de ansiedad’ se queda algo por debajo del nivel al que nos tienen acostumbrados otros genios nipones del terror y lo extraño, como el ya citado Junji Ito, Suehiro Maruo o Shintaro Kago. Una sensación que quizás está provocada por la acumulación, que resta fuerza al factor sorpresa, y por un estilo de dibujo algo plano para los cánones del género. En cualquier caso, este manga cumple con creces su cometido: después de leerlo, dan ganas de dejar la luz encendida. Un ratito no más, eso sí.