¿Pueden convivir en una misma obra el gamberrismo con el dibujo más cuidado? ‘León el Terrible’ (Glénat) es el tebeo que responde afirmativamente a la duda. Este cómic holandés, que nació como la adaptación de un famoso programa televisivo de los años 70, rompe con todas las normas de educación y decoro existentes, y lo hace con una estética preciosista del estilo de Hergé. Si Tintín se hubiera vuelto mayor y loco, sería León.
Tras el nacimiento de León hay una historia curiosa. Este tebeo, que apareció por primera vez en 1976, es la adaptación de un personaje al que daba vida en la pequeña pantalla el comediante Dolf Brouwers. Pero su vinculación con el espectáculo va más allá. Su guionista es Wim T. Schippers, una de las figuras más transgresoras de la cultura holandesa, al que se responsabiliza de la primera aparición de una mujer desnuda en la televisión, y que dio voz a varios personajes de la versión de Barrio Sésamo para su país.
Con semejante origen, nadie puede extrañarse de las peripecias de León el Terrible. Este señor, ya entrado en años, desata allí por donde pasa un vendaval de situaciones absurdas, llenas de humor grosero y escatológico. León desconoce cualquier norma de educación, y su aparente locura le lleva a provocar más de un desaguisado, desde accidentes de tráfico a peleas de pareja.
El humor de este cómic -tal como anuncia su portada- ni es para todos los públicos ni está indicado para los amantes de la sutileza y el buen gusto. Pero si algo destaca de ‘León el Terrible’ es precisamente el fuerte contraste entre su guión corrosivo y su estética preciosista de línea clara. El dibujante Van Den Boogaard demuestra que la influencia de Tintín fue más allá del mercado francobelga. Su grafismo es pulcro y lleno de detalles, con páginas dobles espectaculares, con ciertas reminiscencias a ‘El jardín de las delicias’.
‘León’ apareció en España por primera vez en desaparecida revista Cairo. Nostálgicos y nuevos lectores podrán ahora leer sus aventuras gracias a Ediciones Glénat, que recopila en un tomo único toda la obra.
oscarsenar