*Artículo publicado originalmente en la revista Z nº78
Aki Irie, autora de la encantadora ‘Ran y el mundo gris’, sigue apostando por la fantasía, en esta ocasión sobre un escenario ‘exótico’ a ojos japoneses
Cuando Aki Irie acabó ‘Ran y el mundo gris’ (Tomodomo Ediciones), decidió tomarse, por primera vez desde que era mangaka profesional, unas vacaciones. Se sacó el carné de conducir coches con cambio manual, practicó buceo y se fue de viaje. Uno largo. Tanto que acabó recorriendo las carreteras de Islandia. Quedó fascinada por la naturaleza de la isla, pero también por la importancia que tienen los objetos (un vehículo, un termo, unas botas…) en un lugar con un paraje y clima tan agrestes para los humanos. De esa experiencia ha surgido su nueva serie, ‘Sigue las nubes al Nornoroeste‘ (Norma Editorial), en la que mantiene su querencia por la fantasía, pero se lanza a recorrer los senderos del misterio.
Como no podía ser de otro modo, la historia arranca en un páramo helado. Ahí, en medio de la nada, encontramos a Kei Miyama, que ha volcado con su todoterreno y va a tener que pasar la noche a la intemperie. Está husmeando la pista de un caso, ya que este joven de 17 años es detective privado (el manga y sus precocidades…), y no uno cualquiera: tiene el poder de comunicarse con los objetos. A esa primera investigación seguirá otra, en la que conoceremos a su abuelo Jack, la razón de que este chico medio japonés viva en Islandia, y también los encantos del viejo con las mujeres. El nieto tampoco se queda corto, ya que a su alrededor merodea la bella Liliya, una joven con tantos encantos y secretos como él mismo.
Tras unos primeros compases entre mágicos y costumbristas, Aki Irie entra en materia. Kei tiene un hermano menor, Michitaka, que vive en Japón junto a sus tíos. Ni el chaval ni sus parientes dan señales de vida durante semanas, así que Kei y Jack viajan de vuelta a casa para averiguar qué les ha ocurrido. Allí les espera una dura verdad, aunque no tanto como la sombra que empieza a sobrevolar la historia: ¿Y si el hermano de Kei, al que adora, no es en realidad una buena persona?
Sensibilidad para narrar
Aki Irie se interna en un camino diferente con esta obra, pero no tan nuevo como pudiera parecer. Respecto a su anterior manga, mantiene su querencia por la fantasía y los detalles cotidianos, con personajes carismáticos que se mueven con naturalidad entre ambos planos. Con todo, hay diferencias notables: aquí hay un tono más adulto y oscuro, y desde este primer tomo queda claro que el misterio va a ser el eje sobre el que girará la trama. La propia autora parece haber madurado también, y su narración, sin perder ni un ápice del encanto natural que la caracteriza, es más clara y directa. Si a eso le sumamos un dibujo maravilloso y una cuidada edición, Sigue las nubes al Nornoroeste se convierte en un valor seguro entre las múltiples novedades manga de este mes.