Cuando la moda zombie parecía ya en retirada, llega ‘The Other Dead‘, un cómic en el que los no muertos son los animales. En realidad, este tebeo escrito por Joshua Ortega y dibujado por Qing Ping Mui, basado en una idea original de Digger T Mesch, no supone una revolución del género ni nada por el estilo, pero funciona a la perfección como artefacto de entretenimiento. El único requisito para su disfrute es vencer la deslavazada imagen que transmite un dibujo bastante tosco. La recompensa vale la pena: maléficos patos, ciervos, osos, caimanes, cebras y -¿por qué no?- rinocerontes y elefantes siembran el terror a su paso, y Barack Obama escopeta en ristre se enfrenta de tú a tú a todos estos engendros.
‘The Other Dead’ ha supuesto, junto a ‘The Woods‘, el estreno de Medusa Cómics, sello gráfico de Editorial Hidra. Su proyecto pasa por traer títulos de editoriales estadounidenses como Boom! Studios, IDW (el caso que nos ocupa) o Avatar Press. ‘The Other Dead’ es una miniserie de seis números, recopilada en un solo volumen, en la que se da una vuelta de tuerca la siempre rentable temática zombie. Aquí la epidemia no afecta a los humanos, sino a la fauna de la zona de Nueva Orleans. Por si fuera poco, la expansión de la enfermedad coincide con la llegada de un huracán de potencia similar al Katrina, con lo cual la situación es catastrófica.
En medio de ese caos, un variopinto grupo de personas tratará de salir con vida del ataque de todo bicho no viviente. El elenco es, cuanto menos, curioso: un niño con cáncer; el hermano mayor de este, y tres de sus amigos, que forman un grupo de punk-rock (o similar); y la novia del hermano, a la sazón ‘striper’ en un club. Juntos emprenden la huída de la manada zombie, y en su camino se cruza ni más ni menos que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, que se ha desplazado a Nueva Orleans a supervisar la situación. El dirigente no tendrá problema en arremangarse la camisa y ayudar a los chavales a sacudirse de encima a perros, ardillas, morsas, osos y lo que se tercie.
Con este argumento, queda claro que ‘The Other Dead’ es un producto de puro entretenimiento sin mayores pretensiones, que sabe explotar todos los golpes de efecto a los que se presta la idea de partida. Un ritmo frenético y unos cuantos chistes hacen el resto para que este título se disfrute de un tirón. Sin embargo, el resultado final queda empañado por el estilo acartonado y tosco de Qing Ping Mui. Es muy difícil reconocer al Obama que dibuja, y eso que es un tipo del que es fácil tomar referencias.
Si fuera una película (y huele a que el concepto está pensado para este formato) ‘The Other Dead’ sería una cinta de serie B ‘zombiexplotation’. Tiene limitaciones, pero no las esconde y eso le da un cierto encanto. Una auténtica ‘guilty pleasure’.