La adorable apariencia de la protagonista de ‘Violence Action’ puede despistar, pero el título de este manga no engaña: ¡A tope de violencia y acción!
La cultura popular japonesa nos tiene acostumbrados tanto a la violencia más extrema (ahí está el cine del gran Takeshi Kitano, sin ir más lejos) como al cuquismo más exacerbado (y aquí se puede citar al artista Takeshi Murakami y su superflat); este último concepto cuenta en el japonés con su propia palabra: kawaii. De la convivencia de estas dos vertientes es lógico que surjan obras como ‘Violence Action’, de Renji Asai (basado en la obra original de Shin Sawada), una alegre subversión de la tradición de mangas chungos llenos de yakuza malcarados.
La encargada de reventar las normas del género -esto viene a ser como si a ‘Old Boy’ le aplicarámos un filtro brilli-brilli de Instagram- es la protagonista, Rei, una estudiante de contabilidad aplicada, monísima… y letal. Y es que tras su adorable cara de no haber rota nunca un plato y sus generosas curvas se esconde una asesina a sueldo mortífera. Si el cliente le pide que torture un poco más a la víctima, ella se esmera en ello sin despeinarse. Si hay que cargarse a una banda entera de mafiosos, no escatimará en balas hasta arrasar con ellos. Si una señora que ha robado a la yakuza le pide protección, ella se la presta, y no pasa nada si eso implica rajar de arriba a abajo al tipo que la persigue. Todo por la pasta, y bajo el amparo de una organización criminal que tiene como tapadera legal una empresa de citas con jovencitas (ay, esas contradicciones tan japonesas…).
No todo va a ser matar e ingresar. Rei tiene un objetivo prioritario en esta vida: aprobar sus exámenes oficiales de contabilidad. Eso implica ir a clase y relacionarse con chicos y chicas de su edad, totalmente ajenos a su verdadera profesión. Es inevitable que su compañero de pupitre Watanabe caiga prendado ante sus encantos… ¿Será la pasión de este enclenque muchacho también a prueba de balas?
¡Bang, bang!
‘Violence Action’ es un festival de tiros y sangre. Más allá del simpático contraste estético entre los ceñudos hombretones de la mafia y la grácil Rei, en este manga los autores llevan al extremo el concepto de profesionalidad, tan caro para los japoneses. Así, la protagonista no es malvada, cruel o sádica con sus objetivos; simplemente, se deja llevar por su instinto de supervivencia, obedece a lo que le mandan y luego a otra cosa, mariposa. La historia avanza en episodios en apariencia cerrados, si bien van sumando detalles que contribuyen a que la trama gane interés, y se sostiene en un dibujo que sobresale en la plasticidad de las escenas de acción. Puede que llegues a esta obra porque te hace gracia su punto de partida, pero te quedarás en ella por su buena ejecución.
*Artículo publicado originalmente en la revista Z nº79