‘¡Juventud, divino tesoro!’ Frases como estás -e incluso peores- son las que los abuelos llevan siglos diciendo a los muchachos, sin que estos lo comprendieran muy bien. Sobre todo, porque muchos asocian la adolescencia al acné, las gafas, y los grandes desencantos amorosos. Juaco Vizuete (Alicante, 1972) ha explorado esta vertiente menos idílica en ‘El Resentido’, un tomo editado por La Cúpula.

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‘El Resentido’ es la historia de un joven introvertido recién llegado a la universidad, sin amigos y sin ganas de hacerlos. Desde su apartamento en la residencia del campus, nuestro protagonista mira y anota consternado como sus compañeros viven obsesionados con el sexo opuesto… Evidentemente, al resentido, diga lo que diga, le pasa lo mismo.

Pero a todo cerdo le llega su San Martín, y el estudiante rarito también encuentra su media naranja en una chica tan tímida como él. Aquí es donde la historia da un giro intimista, despojándose un poco de su carácter gamberro, para contar como el resentido descubre que las relaciones humanas son complicadas. Vizuete retrata el estado propio del primer amor, en el que cada gesto y palabra son analizados al detalle, dando miles de quebraderos de cabeza.

Este álbum, presentado como novela gráfica, recoge las historias que Vizuete publicó a lo largo de los noventa en Brut Comix, así como la primera historieta, aparecida en El Víbora, y un epílogo dibujado para la ocasión. Quizás su origen explique cierta discontinuidad en la narración que lastra un poco el conjunto. Una sensación que se ve incrementada por la experimentación con la que juega el -entonces- jovencísimo autor. Sin embargo, a pesar de esto, el tebeo  logra que nos sintamos identificados con el protagonista, y revivamos con él las paranoias propias del fervor hormonal y la empanada mental. Porque todos hemos sido -o somos todavía- adolescentes…