Astérix cumple 50 años, y lo hace con la publicación de un nuevo álbum, ‘El libro de oro’. Un título que tiene sabor a probable despedida, la del dibujante Albert Uderzo, y que viene precedido de la agria disputa familiar del autor con su hija por los derechos del personaje. Porque los irreductibles héroes, además de grandes momentos de diversión, también proporcionan grandiosos beneficios económicos. Los galos soplan velas, ¡por Tutatis!, pero lo hacen en medio de una tormenta judicial y con un libro que, por ser generosos, aporta más bien poco a su trayectoria.
A finales de 2008, el grupo Hachette adquirió la mayoría accionarial de Éditions Albert-René, la editorial creada por el dibujante Albert Uderzo y Anne Goscinny, hija del guionista René Goscinny, a la muerte de este en 1977. La maniobra se las traía: el personaje pasaría así a Dargaud, que al parecer contaría con la autorización de Uderzo para continuar la serie con los lápices de otros autores. La disputa estaba servida. Sylvie Uderzo, hija del Albert, y con la que el dibujante no tiene precisamente buenas relaciones, acusó a su padre de traicionar los deseos de Goscinny, y emprendió acciones legales para tratar de frenar la operación…
Y en estas nos hallamos cuando sale a la calle ‘El libro de oro’. El tebeo había generado bastante expectación, pues se dijo que iba a contar con textos del genial Goscinny. Sin embargo, la presencia del guionista original se limita a un divertido texto sobre la circulación vial romana, que se publicó originalmente en la revista ‘Pilote’ en 1966 y que aquí se inserta con calzador. El resto es una sucesión de escenas, más o menos hiladas, en las que algunos de los personajes de la saga plantean sus ‘¿Y si…?’. Así, se especula con qué pasaría si Astérix y Obélix hubieran envejecido, si se hiciera de ellos un museo, si hubieran rodado una película…
El álbum puede considerarse más como un autohomenaje que como una nueva historia, pues el argumento es escaso. En la que parece su despedida, Uderzo parece haber desperdiciado la oportunidad de enmendar el fiasco marciano de ‘¡El cielo se nos cae encima!’. La maestría de Uderzo a los lápices es incuestionable, aunque muchos aficionados han dudado de su capacidad como guionista. El propio Uderzo, en un prólogo que firma como ‘Astérix’, hace balance de su etapa en solitario y asegura que «la apuesta está ganada». Queda por saber qué le depara el futuro al personaje y a sus fieles lectores…
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Después de ponernos serios, un poco de poción mágica en forma de dos anécdotas.
Por un lado, la historia de Regino Bernad, un aragónes que se coló en las aventuras de Astérix. La pueden leer aquí, en un artículo que nació gracias a la curiosidad del Dr. Repronto.
Por otro, un conocido homenaje de DC a las aventuras creadas por Goscinny y Uderzo, en el que Superman se las tuvo que ver con un pueblo de galos. Fue en el número 579 de Action Comics, que apareció en 1986.