El titular de esta reseña queda bien, pero además es verdad. El primer volumen de ‘El héroe’ (Astiberri), la nueva novela gráfica de David Rubín, demuestra que lo de este gallego es portentoso. Rubín cita como referencia al inicio del tomo a Jack Kirby, pero hay muchas más. Como si de un buen licor de café se tratara, el alquimista ha destilado en su alambique lo mejor del cómic de superhéroes, el manga y la tradición europea.
Quizás alguien desconozca de dónde viene David Rubín. Este orensano que reside en A Coruña había dado ya a la imprenta dos obras largas, ‘El circo del desaliento’ y ‘La tetería del oso malayo’. En ellas se veía ya su calidad, si bien, aunque tenían coherencia interna, no podemos hablar de novelas gráficas como tal, sino de recopilación de historietas. Ambas, en blanco y negro, dejaban ver la querencia de Rubín por las historias de perdedores, y mostraban referencias que entraban en la lógica de alguien nacido en 1977, pero que aún así no dejaban de sorprender.
De ahí venía Rubín, y a ‘El héroe’ ha llegado. En el primer volumen, 280 páginas, nos presenta la historia de Heracles -Hércules para los amigos romanos-, hijo de Zeus y primo de Euristeo, al que por designio del azar debe obedecer en todo. Euristeo, tirano de Nauplia, forzado por la venganza de la despechada Hera, será obligado a encargar a Heracles una serie de trabajos…
Y hasta aquí, nada que no aparezca en un manual de cultura clásica. Pero, en manos de Rubín, la mitología se convierte en la historia de un superhéroe que no lleva los calzoncillos por fuera. También en el retrato de una estrella mediática, un tipo al que todos admiran, que siempre triunfa pero que no se siente vencedor.
Lo hace con escenas de acción -mucha acción- trepidante, con una narración tan estudiada como natural, y con color, algo que en las obras antes citadas no aparecía, pero que ahora toma las páginas de forma deslumbrante. El propio Rubín define su tebeo como un ente de difícil clasificación. Tal como recogió Entrecomics, el autor califica ‘El héroe’ como una «novela gráfica porque desde el punto temático y artístico lo he abordado con libertad total, sin trabas y sin ningún modelo preestablecido. No es un tebeo de superhéroes al 100%, pero hay mucha acción. Y no es un cómic sobre realidad social, aunque toca muchos temas”.
Lo mejor de ‘El héroe’ es que solo hemos visto su primera parte. Si Rubín no falla, lo siguiente será mejor.