El autor de ‘City Hunter’ dejó atrás la acción para embarcarse en ‘F. Compo’, una comedia de enredo juvenil con recado a favor de la diversidad
“Me vine arriba”. Esto pensaba tiempo después Tsukasa Hôjô sobre la génesis de ‘F. Compo’ (‘Family Compo’), la serie con la que rompía una trayectoria marcada por títulos de acción como ‘Cat’s Eye’ y ‘City Hunter‘. Así, con este manga se embarcaba en una comedia familiar de esquema clásico que, sin embargo, abordaba un tema tan actual como la diversidad de género. Y aunque encontró dificultades para poner en práctica su idea inicial (los editores pensaban que se prestaba a ser confundida con una obra erótica), el autor no se dio por vencido y le encontró acomodo en la ‘Manga Allman’, una revista de cómic adulto (seinen), donde se serializó de 1996 a 2000.
La reticencia de sus editores da buena muestra de que este manga iba adelantado a su tiempo, o más bien, que la sociedad iba por detrás. La historia nos presenta a Masahiko Yanagiba, un joven que queda huérfano poco antes de empezar la universidad. Solo entonces descubre que su madre tenía un hermano; un tío que ahora se ofrece a cuidar de él y adoptarlo como a un hijo. Todo parece perfecto: su tío y su tía son encantadores y además tienen una hija, su prima, más o menos de su misma edad y la mar de atractiva. Los Wakanae forman una familia perfecta… ¿Por qué la madre de Masahiko dejaría de hablarse con ellos?
El misterio dura poco: los Wakanae son personas transgénero; además, la adolescente Shion ha crecido con género fluido. Demasiado para el inocente y cuadriculado Masahiko, que a pesar de su edad tiene una mentalidad propia de un cruce entre los papeles más conocidos de Antonio Resines y Paco Martínez Soria. En realidad, y esto da idea de que en aquella década todavía había mucho camino por recorrer, los propios tíos y prima van con pies de plomo, conscientes de que la sociedad que los rodea es incapaz de asumir su realidad cotidiana con normalidad.
Amor de hogar
En ‘F. Compo’ los equívocos no paran de sucederse y, como es preceptivo, vamos a tener una dosis de romance picantón entre primos. Podríamos decir, sin hacer demasiado destripe, que la típica escena de sorpresa a la salida de la ducha tarda más bien poco en aparecer. La trama ofrece otros puntos de interés, como la profesión de dibujante del tío, que deja entrever algún destello de la sacrificada vida de los autores. A todo ello hay que sumarle el espectacular dibujo de Hôjô, una auténtica delicia.
Sin embargo, aunque con algo de trazo grueso (solo hay que ver ahora la serie ‘Veneno’ para recordar cómo se abordaba por entonces el tema por aquí), el asunto principal de la serie es, sin duda, el camino de aprendizaje para aceptar la diversidad, tanto por parte del protagonista como por su propia familia adoptiva. Una lección que Masahiko va a aprender muy pronto gracias al amor, el arma definitiva contra los prejuicios.
F. Compo (Family Compo), de Tsukasa Hôjô
Traducción de Marc Bernabé
Arechi Manga. Rústica, b/n, 262 págs., 12,50 euros.
Artículo publicado originalmente en la revista Z