A sus 60 años (que cumple este 5 de abril), Akira Toriyama está hecho un chaval. La prueba: ‘Jaco. The Galactic Patrolman‘, su último manga, aparecido hace poco más de un año en Japón y que ya ha traído por estos lares Planeta Cómic. El creador de ‘Dragon Ball‘ se marca una aventura juvenil en su mejor línea: acción, humor y amistad, con un dibujo que tiende a lo esquemático pero mantiene su dinamismo y una forma de narrar asombrosamente natural. Encima, se permite entroncar la historia de Jaco con la de Son Goku, en un requiebro que solo el autor original de la saga de las bolas de dragón se podía permitir.
La portada de ‘Jaco’ tiene trampa. Una trampa que solo está en la mente del lector, claro. Porque la imagen del protagonista junto a un anciano y una adolescente remite de forma inevitable al esquema favorito de Toriyama: personaje extraño con algún tipo de poder, anciano simpático o antipático que acompaña al héroe y jovencita pija pero echada para adelante que propicia una aventura de tipo ‘road movie’. Pero ‘Jaco’ no es eso, o por lo menos no exactamente. Sí, esos estereotipos ‘toriyamescos’ están ahí, pero no para construir una historia épica que conduce a un inevitable enfrentamiento con un ser malvado y poderoso. Toriyama ya está de vuelta de eso. En este tomo se permite presentar una historia de tono tan encantador como ligero, donde se entremezcla la acción y el humor. Por decirlo de alguna manera, es como un ‘Dragon Ball’ con aroma a ‘Cowa!‘, o viceversa. Toriyama sigue trabajando solo para divertirse, pero sin olvidar que al otro lado hay lectores esperando algo bueno de él.
‘Jaco’ nos presenta a un altivo patrullero galáctico del mismo nombre, que llega a la Tierra para neutralizar una amenaza extraterrestre que se cierne sobre el planeta. Su nave tendrá un accidente, y por casualidad irá a caer a la isla en la que vive un viejo científico retirado. El anciano tratará de ayudar a Jaco a volver a poner en marcha su nave, pero para ello necesita un extraño y caro metal (por un momento, parece que Toriyama nos va a volver a contar ‘Cashman‘, pero no). Mientras logran reparar la nave, se cruza en su camino Tights, una joven en apuros que acaba dándose a la fuga con ellos y que tiene el sueño de viajar al espacio. Mientras tanto, el misterioso enemigo que se aproxima a la Tierra está cada vez más cerca… ¡Y aquí salta la sorpresa!
Tras servirnos diez capítulos entretenidos, con su buena dosis de equívocos, patadas, risas, posturas estrafalarias, huidas y buenas acciones, Toriyama ofrece un sorprendente final en el que ‘Jaco’, como por arte de magia (aunque la faja incluida por Planeta en la edición española deja poco espacio al asombro…), se convierte en una precuela de ‘Dragon Ball’. Ahí están unos encantadores Bulma y Son Goku, y descubrimos que el capítulo 10+1 de ‘Jaco’ es en realidad el primero de ‘Dragon Ball’. Toriyama lo ha hecho: nos acaba de robar el corazón.
Y aún hay más. A modo de extra remata el tomo ‘Dragon Ball Minus‘, una pequeña historia en la que se nos narra cómo los padres de Goku enviaron al pequeño Kakarotto a la Tierra. Una reescritura -o más bien un añadido- al canon ya conocido, parece que más como divertimento que por ganas de volver a meterse en nuevas aventuras de los saiyanos. A algunos ha sorprendido esta nueva versión del origen de ‘Dragon Ball’, pero si alguien podía meter mano a su propio universo era Toriyama, que por lo demás tampoco comete ningún sacrilegio.
‘Jaco. The galactic patrolman’ es un buen tebeo juvenil; no es el mejor trabajo de Toriyama, está muy por detrás de ‘Cowa!’, pero sigue mostrando a un autor rebosante de imaginación que aún puede dar mucho de sí. En cierta manera, es una lástima que, en cuanto a precuela de ‘Dragon Ball’, el universo aquí presentado se cierre a nuevas posibilidades, al entroncar con algo ya conocido. Queda esperar a ver qué nuevas aventuras salen de la mente del genial mangaka, mientras aguardamos la anunciada (en la faja del tomo) nueva edición de ‘Kajika‘, otra de las obras cortas de Toriyama.