Un dibujante apocado y su guapo asistente se enfrentan a un nuevo reto profesional: publicar un Boy’s Love. Lo que ocurrirá a continuación no te sorprenderá
Romance, trabajo y una pizca de reivindicación. Esa es la receta que propone Joy, título que forma parte del primera remesa de novedades de Distrito Manga, el sello del gigante editorial Penguin Random House. Un movimiento de mercado que viene a ratificar el actual boom del cómic japonés en nuestro país, y que, con la previsión de lanzar más de un centenar de tomos en 2023, va sin duda a propulsar todavía más la presencia del manga en las librerías.
Lo cierto es que cuesta imaginar un título más apropiado que Joy para iniciarse en la publicación de mangas, y en concreto de BL (Boy’s Love, romance entre chicos). Su autora, Etsuko (a la que Planeta Cómic ya nos había presentado hace unos meses con More than words), centra la historia en el propio mundo del manga y del BL, en una doble pirueta meta de la que sale bastante bien parada.
Los protagonistas son un joven mangaka, Okazaki, y su asistente, Akune, que se ven ante el reto que les lanza su editora de crear un BL. Tras una década de carrera publicando shôjo, las lectoras demandan que el autor (que firma con un seudónimo femenino, de manera que no saben que es un hombre) haga por fin un cómic en el que sus adorables personajes masculinos se enamoren entre sí. Como anda falto de ideas, y justo acaba de descubrir que Akune es gay, Okazaki decide fingir que siente algo por su ayudante. Una cosa lleva a la otra, y etc.
Relación laboral
Más interesante que el propio idilio, que tiene poco misterio, es el contexto en el que sucede. Entre equívocos y sonrojos, asoma cómo funciona la industria del manga. Aquí se ve lo complicada que puede ser la relación entre un autor y su ayudante, quien no deja de ser un dibujante que se pone a sueldo de otro para poder ganarse las habichuelas, a veces renunciando a su propia carrera por la aparente estabilidad del empleado. La autora además aprovecha para denunciar la discriminación que persiste contra los homosexuales en la sociedad japonesa; lo hace mostrando un ejemplo muy concreto y esclarecedor que habla de cuán importante sigue siendo la lucha por los derechos de las personas LGTBI.
Por lo demás, Joy es un BL de manual, con su dupla romántica de chico adorable y tímido / chico duro y decidido. Al enfoque social antes expuesto, hay que sumarle otras virtudes: un dibujo limpio, que en algún momento parece querer abrazar la línea clara; un tono optimista y un humor agradable; una extensión ajustada y un desarrollo narrativo que logra mantener la atención a pesar de que el desenlace se ve venir a la legua. Aunque este es un tomo único y la historia queda cerrada, quienes se queden con ganas de más podrán disfrutar de la secuela, Joy Second. Y un último punto positivo, a que a veces no damos la suficiente importancia: la portada, ejemplo de cómo un buen diseño ayuda a destacar un cómic de entre la ingente oferta mensual.
Joy, de Etsuko (tomo único)
Distrito Manga. Rústica, b/n, 208 págs., 8,95 euros.
Traducción de Marta Moya
*Artículo publicado originalmente en la revista Z