¿Cuánto hace que no lees un tebeo de mutantes en grapa? El menda llevaba cuatro años, desde que pilló unos X-Men firmados por Brian Wood y David López, sin acercarse a ese expositor de la tienda de cómics. No es tanto una cuestión de formato, sino de que, para los lectores casuales del Universo Marvel, es mucho más cómodo adentrarse en la procelosa actualidad de la editorial a través de un tomo fuera de continuidad, como por ejemplo ‘La Visión‘, uno de los mejores cómics de este 2016. Pero… Un día ves que un editor (Julián M. Clemente, el ‘capo’ de Marvel en Panini Cómics) insiste mucho sobre un cómic, asegura que es un «tebeazo», y encima lo compara con el ‘X-Statix‘ de Milligan y Allred. Así que te lo compras y te llevas una agradable sorpresa. El tebeo es ‘El peor Hombre-X del Mundo’ y, efectivamente, es una pequeña maravilla.
‘El peor Hombre-X del mundo’ es una miniserie de 5 números publicada por Panini en dos grapas de la cabecera ‘X-Men presenta‘ (que, por cierto, ha puesto con este título su punto final). Los autores son el guionista Max Bemis, más conocido por ser el cantante, compositor y líder del grupo punk Say Anything, y el dibujante Michael Walsh, un artista canadiense todoterreno que trabaja para Marvel, Image, Dark Horse, IDW y Valiant. Así que por un lado tenemos a un, prácticamente, ‘outsider’ editorial y, por otro, a un artista muy versátil pero cuyo estilo encaja sobre todo -y así lo ratifica que haya fichado por esta editorial también- en la estética del nuevo Archie.
El protagonista de la historia, ese «peor Hombre-X del mundo», es Bailey Hoskins. Se trata de un adolescente sin ninguna cualidad notable, ni física ni moral. Sin embargo, el destino le guarda una sorpresa: sus padres se confiesan mutantes y, en buena lógica mendeliana, eso significa que él también tiene el gen X. Y lo que le ha tocado en suerte a Bailey es ser un «petardo humano» con la capacidad de hacerse explotar… y ya está. Si usa su poder, muere: «Ése es, de lejos, el peor superpoder de la historia», dice el chaval. Con todo, sigue siendo un mutante, así que entra en la Escuela del Profesor Xavier para demostrar que, con o sin mutación, es igual de panoli.
Así arranca un tebeo divertidísimo en el que todos los grandes valores asociados a los héroes Marvel brillan por su ausencia. Bailey Hoskins es cobarde, ruin, vago, débil… Una joya de persona. Meter a un tipo así en medio de la grandilocuencia del resto del elenco mutante no hace sino sacar a relucir sus lados más irascibles y cómicos. Max Bemis firma diálogos chisposos como cuando, a pregunta de sus progenitores, Bailey responde que los mutantes básicamente «tienen superpoderes y van por ahí luchando contra monstruos y angustiándose y enrollándose unos con otros y vistiéndose como gente chunga y rara». Hay otro momento en el que pone en labios de Tormenta: «Nuestra vida es básicamente como un episodio de ‘Friends’ salpicado con algunas peleas contra jefes». Excelente y ‘punkarra’ resumen de 50 años de historia editorial.
A este desenfadado y ácido tono le encaja a la perfección el estilo de aires pop de Michael Walsh, muy bien acompañado del color de Ruth Redmond. El dúo creativo consigue que el protagonista se de un aire a Archie (en feo, eso sí, que el muchacho lo tiene todo), lo que acrecienta la sensación de que el simplón Bailey representa al adolescente medio norteamericano.
Por su dosis de vitriolo, ‘El peor Hombre-X del mundo’ recuerda poderosamente a ‘X-Statix’. Sin embargo, tiene personalidad propia y unos dardos con distinta diana: a diferencia de lo que hizo Peter Milligan, Bemis se ríe más del propio universo mutante que de la sociedad actual. Eso no es obstáculo para que un lector casual, sin mucha idea de la Marvel actual, pueda disfrutar de este título que, quizás en otro formato, habría llamado la atención de un público más amplio.