El subinspector Yamada sabe que va contra las reglas, pero no puede evitar implicarse en rescatar de la calle a una chavala descarriada. Así arranca ‘Perdidos entre la hierba’, un manga con altas dosis de drama
Ya tardaba. Aunque fue ECC Ediciones el que lo introdujo en nuestro mercado en 2018 con la más que interesante antología Holiday Junction, ha sido Milky Way Ediciones la que definitivamente ha aterrizado a Keigo Shinzo en España. Lo ha hecho con Perdidos entre la hierba, una serie que estará completa en cuatro tomos y que revela la faceta más dramática de un autor que sigue la estela de mangakas de reconocido prestigio como Taiyô Matsumoto o Inio Asano.
La historia tiene como punto de partida uno de esos aspectos sórdidos de la sociedad japonesa que ni el brillo de mil alegres neones puede ocultar. Durante una redada policial en un local de alterne que, bajo la tapadera de masajes de “relajación con estudiantes de instituto”, emplea a menores, el subinspector Yamada se cruza con Shiori, una chica que le recuerda a su difunta hija. Maltratada por su madre, por la que siente auténtico terror, la adolescente se escapa de casa constantemente y toma el peligroso sendero de buscar cobijo ofreciendo su compañía a hombres adultos, supuestos “salvadores” con la más perversa de las intenciones.
Así las cosas, el no tan viejo policía – el trauma por la pérdida de su hija le dejó el aspecto de un anciano- decide, tras darle muchas vueltas, saltarse las reglas e implicarse en ayudar a la chavala, quien es incapaz de distinguir las buenas de las malas intenciones porque, como afirma de forma desgarradora, “no lo entiendo, porque nadie me ha cuidado nunca”.
Drama social
Perdidos entre la hierba es la historia de dos personajes diametralmente opuestos cuyos caminos estaban destinadas a no cruzarse, pero que se ven unidos por las circunstancias (trágicas) de la vida. Se puede leer en esa clave, pero es imposible disociar la historia del trasfondo social japonés que denuncia: depredadores que cazan con facilidad en el entramado de negocios que ofrecen servicios de muchachas o, aún más impunemente, en las redes sociales; una policía y unos servicios sociales que, cumplido el expediente, se desentienden de la situación de las personas vulnerables…
En general, el autor retrata una sociedad en la que la empatía brilla por su ausencia, y lo hace con un tono entre ingenuo y sutil que contrasta con la crudeza de lo expuesto. Evidentemente, no es una lectura amable, pero deja entrever la esperanza de que existen personas que van a contracorriente en un intento desesperado de hacer lo correcto, que no siempre coincide con lo apropiado.
Si algo tiene Keigo Shizo es un toque único a la hora de narrar, ya sea drama o humor, como vimos en Holiday Junction y ahora en este título. Ojalá Milky Way continúe la apuesta por este autor con Tokyo Alien Bros., la obra que lo llevó a la fama, o con su nuevo trabajo, Hirayasumi, señalada ya por medios especializados como una de las series a seguir en este 2022.
Perdidos entre la hierba, de Keigo Shinzo. Serie de 4 tomos
Traducción de Jesús Espí
Milky Way Ediciones. Rústica, b/n y color, 204 págs., 8,50 euros.