Hay tebeos raros. Los hay muy raros. Y después está ‘Kurosagi: Servicio de entrega de cadáveres’. Este manga es una propuesta difícil de clasificar, a medio camino entre el género ‘gore’, el detectivesco y el humorístico. El argumento lo dice todo: cinco estudiantes en paro deciden montar una empresa para cumplir últimas voluntades… a petición del fiambre de turno. Es extraño, pero mola.
Los protagonistas son cinco recién licenciados en una universidad budista… circunstancia un poco chunga en Japón si tu familia no tiene un templo en el que ser sacerdote. Pero tienen algo que los hace especiales, unos poderes que les permiten entablar contacto con los difuntos, y que ellos usan para salir de la cola del desempleo. Porque en tierras niponas, como aquí, la cosa está muy mal.
Así, Karatsu es un médium poseído por un espíritu que le permite, con solo tocar un cuerpo, entablar conversación con el alma del finado; Numata es un zahorí heavy que detecta despojos con su péndulo y Makino es una especialista en embalsamamiento. Completan el equipo Yata, un introvertido chaval con capacidad de hablar con un alien que posee su marioneta (!?) y Sasaki, una atractiva pirata informática. Qué tienen que ver estos dos últimos con el tema de los cadáveres es algo que, tras 10 tomos publicados en España, todavía no está muy claro.
Los encargados de semejante historia, editada por Glénat, son Otsukja Eiji (guionista responsable de la no menos extraña ‘MPD Pyscho’) y el dibujante Hôsui Yamazaki. Con una narración y estilos efectivos, nos van llevando por casos de lo más variado, desde inmigrantes ilegales que vuelven de entre los muertos en busca de justicia, hasta novias despechadas que regresan del averno. Las tramas suelen tocar temas sociales, aunque nunca profundizan demasiado en ellos. Los capítulos son autoconclusivos, aunque la posesión del médium es un tema recurrente.
Hay que reconocer que, con tanto zombie y difunto en danza, no es un tebeo agradable a la vista, y no se escatima en detalles macabros, lo que recuerda a nuestra casquería más cercana y no lo hace óptimo para todos los públicos. Sin embargo, sus dosis de humor y sus argumentos descabellados convierten a ‘Kurosagi’ en un manga muy adictivo, que proporciona altas dosis de entretenimiento. Un tebeo muy original, que quizás pronto veamos llevado a la gran pantalla.