«Pero si yo solo venía a por el tebeo que tenía reservado…» es uno de los pensamientos más habituales que le surgen a un friki cuando sale de su librería de cómics. ¿Cómo se las apañan los libreros para leer nuestros deseos, ejercer control mental sobre nosotros y lograr que salgamos de la tienda cargados de tebeos? Es un misterio. Antonio Correas tampoco tiene la respuesta, pero hay quien piensa que sus tiras en Nico&Co contienen mensajes subliminales que invitan a enviarle ingentes cantidades de dinero.